¿Él o Ella?

Capítulo X

Una punzada tras otra como si fuera una daga clavándose en su corazón una y otra vez; Fokkususutā nunca tuvo la oportunidad de desahogar sus penas por la pérdida del ser que tanto estimaba, pero a pesar de ser así, él jamás demostraría frente a otros o incluso a sus espaldas lo mal que le hacían ciertas situaciones, siempre con una sonrisa y un optimismo ante todo, ciertamente, a veces, eso simplemente era una fachada creada por este zorro.

No sólo Sutā vio algo nuevo en el rey sino que él también vio algo, nunca antes esperado, en el zorro. Lo dos conocieron otra cara a parte de la común que siempre manejaban, y como todo, ambos fueron los primeros por parte de cada uno en ver algo así.

Sin embargo, en este caso no se hablará del tema entre el joven Sutā y el rey Meruem, en esta ocasión nos sumergiremos en las profundidades del pasado, porque para todo siempre debe de haber una explicación ¿no? Eso es algo muy común para el entendimiento en un futuro.

Anteriormente, Meruem se preguntó ¿Cómo era posible que alguien tan fuerte como Fokkususutā no perteneciera a su guardia real? Elocuentemente la hormiga zorro no tuvo una sabiduría exacta para responder ante tal pregunta, así que se fue por una respuesta más sencilla y algo irónica que para muchos dejaría confusión, y ¿Cómo no? Estaba claro que sólo los más fuertes nacerían como guardias reales para proteger al rey, pero ¿Por qué no fue el mismo caso con este chico zorro? Digamos que la respuesta es más fácil de lo que uno se imaginaría, ya que de ahí también deriva el sentimiento que le tuvo Sutā a la reina.

Un guardia real nace con el propósito de proteger a la realeza, entonces… si el zorro no nació para proteger a la hormiga macho, ¿Cuál es su propósito en realidad? Simple, el joven Sutā fue creado con la fuerza necesaria para convertirse en el guardia real que protegería a la reina y a su criatura naciente situada en su vientre, que sencillo ¿no? Pensarían algunos, sin embargo la realidad es otra.

La reina hormiga creó principalmente soldados para que la alimentaran y le protegieran, de ahí por eso también se debe al surgimiento del, ahora actualmente, camarada de Sutā, Colt. Aunque la reina supuso que estaría a salvo con todo su ejército cuidándole, ciertamente no se sentía estar completamente segura, ella necesitaba a alguien que fuera su mano derecha en todo momento, que le informará de todo y se mantuviera a su lado hasta que naciera el futuro rey; la hormiga que tomaría ese papel sería aquel zorro de mucho carisma, el amado y querido aunque también odiado y envidiado, Sutā.

Siendo apenas un huevo, él era consciente de su propósito, pero ¿Por qué parecía no saberlo cuando nació? Nunca hay que subestimar la fuerza que posee una reina, antes de que la hormiga zorro eclosionara, su majestad le dio la orden de olvidar aquel propósito de su existencia para que al nacer mantuviera un perfil bajo y ninguna hormiga le tuviera miedo; el estatus te da poder pero ya nacer ¿con un poder emergente dentro de ti? Eso sin duda deja mucho que decir y que pensar. Cuando la figura humana con colas y orejas nació, se dirigió a la reina y fue que obtuvo su nombre, no obstante, a pesar de haber recibido las órdenes de su alteza real, incluso luego de que hizo que su mente olvidara todo para no llamar la atención, dentro de él estaba el sentimiento de cuidar y acompañar al ser que se encontraba frente a sus ojos… una bonita relación fue la que tuvieron ambos hasta que llegó la tragedia.

Otra de las cosas que Sutā no recordaría actualmente, era que claramente, después de morir la reina pasaría de ser su guardia real a convertirse en uno del rey, el más fuerte de entre los tres que tendría pero no lo suficiente como para superar a su hijo. Por eso, para que la joven hormiga fuera consciente de ello, la reina le hizo prometerle que luego de que naciera el rey, él le serviría y cuidaría como lo hizo con ella aunque en tal caso añadió un bono extra, pues a parte de esas dos cosas también debía de guiarlo por el camino correcto; vaya trabajito le dejó, su majestad.