Capítulo VIII

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En la cocina.

Después de que Sutā se había retirado con la bandeja de comida para el rey, sus dos hormigas sirvientes se le quedaron viendo hasta que se fue por completo —Yīnyǐng, ¡¿viste eso?!. ¡Sutā-sama es increíble!. Primero hizo ¡fium! Luego ¡fazzz! También ¡zasss! Y por último ¡pum!, y ¡ahhhhh!…Sutā-sama fue capaz de hacer un Yakisoba ¡en menos de una hora y media!; ¿sabes cuánto tiempo se necesita para preparar un Yakisoba perfecto? ¡Años! Se necesitan varios años de experiencia para saber cómo preparar un Yakisoba espectacular —comentó emocionada y con admiración, Keiya.

Su compañero de cocina simplemente suspiró al ver la emoción que desbordaba Keiya —¿Y desde cuándo sabes acerca del Yakisoba? —preguntó irónico, Yīnyǐng, puesto que, su compañera no era mucho de saber acerca de la cocina. Pero cuando vio al joven zorro pasar por entre los pasillos del palacio, instantáneamente sintió una admiración por él y cuando se enteró de que sería el chef personal del rey, hizo lo posible para que fuera escogida como una de las sirvientes de la hormiga zorro.

Ella rio nerviosa —Etto…sin querer me encontré con un libro de cocina que Sutā-sama lee y bueno…no se lo he devuelto —las últimas palabras las dijo en un murmuro, pero capaces de ser audibles para su compañero. Éste negó con la cabeza emanando una leve sonrisa por las acciones de la hormiga.

—Deberías de regresárselo antes de que se entere de que tú lo tomaste, Keiya —comentó en un tono sereno la hormiga de apodo “Uno” mientras desvanecía levemente su sonrisa hasta quedar con un semblante pensativo —No queremos que Sutā-san nos mate —se dijo en sus adentros, Yīnyǐng, ya que entre las hormigas que rondaban el palacio, se decía que el joven zorro mataba a sus sous chefs cuando le hacían molestar. Él suspiró percatándose de la presencia de Sutā entrando a la cocina, sin embargo, su compañera al darse cuenta de ello gritó emocionada el nombre del zorro de manera respetuosa —Escandalosa —expresó en un murmullo, la hormiga.

—¿A qué se debe la emoción, Cero? —preguntó curioso, el zorro.

—Es que usted es ¡increíble, Sutā-sama!. Realmente le admiro mucho, quisiera algún día poderme mover a esa velocidad —respondió con la misma emoción, Keiya.

Sutā comenzó a hablar con ella y fue entonces que Uno se dio cuenta de que la hormiga zorro traía en mano su delantal y aún poseía su cabello sujetado por aquel listón negro —Sutā-san —el nombrado volteó a ver a Yīnyǐng —¿Acaso el rey ya lo vio con esa apariencia tan diferente a la usual que le define? —preguntó un tanto curioso.

El zorro se posicionó nervioso rascándose la cabeza —¡Ah!, hablas de esto —emano una sonrisa nerviosa —Se podría decir que sí, de hecho, se me olvidó quitármelo antes de irme pero no importa, algún día se daría cuenta de esta apariencia, además, no es como si fuese algo importante, Uno —deshizo su postura para reírse divertido y como si todo estuviera bien.

Ambos permanecían viéndose de frente, pero no faltó más que Cero se metiera en su plática —Sí, Uno, ¿Por qué habría de importar si el rey vio a Sutā-sama así?.

Estando un poco molesto, Yīnyǐng respondió —No eres quién para meterte en la plática con Sutā-san, Cero. ¿Qué no tienes otra cosa que hacer? —dirigió una mirada amenazante hacia la hormiga.

Ella dio un respingo por tal acción y su semblante se mostró nervioso, pues Keiya sabía a qué se estaba refiriendo su compañero, dado que a ella nunca le ha parecido bien la forma en la que el rey trata al joven zorro, por lo cual no objetó nada más y prevaleció en silencio.

Sutā los miró de forma extraña ya que no entendía bien a lo que se estaban refiriendo, así que optó por mejor cambiar de tema dando un ligero aplauso emotivo y sonriendo alegremente, diciendo lo siguiente —Bueno bueno, creo que ya nos desviamos mucho de nuestros asuntos. La siguiente hora de comida del rey es hasta que salga el Sol, por lo que ya no es necesario que tengan que estar aquí, entonces pueden retirarse para que hagan lo suyo o simplemente descansen. Yo me encargo de limpiar la cocina —su buen humor y palabras desconcertaron levemente a los sous chefs, pero estos solamente se limitaron a acatar lo comentado por la hormiga zorro, por ende, ambos se retiraron del lugar dejando solo a Sutā.

¿Él o Ella? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora