Advertencias: fic de época con muchas atribuciones. YoonSeok como pareja principal, pero al ser un fic harem, también existirán otras interacciones. Drama y fluff.
Pd: asi es el hanbok femenino que se menciona aquí
Hoseok despertó cuando todas las cortesanas ya se estaban arreglando para la primera clase de ese día.
Se removió en su lugar, con muchas ganas de volver a dormir, pero sabía que tenía asuntos que resolver ese día. No estaría bien visto que faltara a sus deberes, y menos cuando ese día el sacerdote les iría a buscar para enseñarles sobre religión.
Se puso de pie, cansado. Casi de forma inmediata, Tzuyu se volteó a verlo.
—¡Hobi! —dijo, contenta—. ¿Cómo te fue ayer? ¿Llegaste más temprano o...?
—No, no —suspiró Hoseok—. Llegué tarde, nada más —bostezó, agotado—. Cenamos con el Emperador...
—¡¿El Emperador?! —gritó Jisoo, sorprendida—. ¡Qué honor más grande, Hoseok!
—No habrás metido la pata, ¿cierto, Hobi? —preguntó Sojung, preocupada.
Hoseok se rió ante la pregunta, sabiendo que su amiga sólo le cuidaba. Sojung parecía saber que Hoseok tenía una entrañable capacidad para meterse en problemas, pero en su defensa, el chico no lo hacía a propósito.
—Claro que no —contestó Hoseok.
—¿Cómo está el Emperador? —preguntó Joohyun, tranquila y sin mirarlo, pues se estaba maquillando los ojos—. Mi tío es un hombre temible.
El menor tal vez no tuvo que interpretarlo así, sin embargo ¿no sonaba como una pulla hacia él? Recalcando el hecho de que el Emperador era su familiar, y peor aún, que ya le conocía mejor que él. Hoseok no tuvo que enfadarse, pero sintió su sangre arder por el comentario, supuestamente, inocente de Joohyun.
—Está muy bien —respondió, alzando su barbilla—. El Emperador me pidió bailar para él y quedó muy contento con eso —añadió, orgulloso—. Él y el Príncipe Yoongi me felicitaron por mi danza.