Advertencias: fic de época con muchas atribuciones. YoonSeok como pareja principal, pero al ser un fic harem, también existirán otras interacciones. Drama y angst.
Capítulo auspiciado por isa06am, ¡gracias por la paciencia y confianza!
Este capítulo es extremadamente largo. Son más de 11mil palabras.
Disculpas también por haberlo publicado antes y luego no JAJAJAJ lo que pasa es que le estaba diciendo a babesope que el cap tendría más de 10mil palabras y la muy RATA me asustó diciendo que wattpad no permitía más de esa cantidad de palabras por capítulo, así que tuvo que probarlo xd
Cuidado: hay una muerte
Disculpen igual si hay faltas de ortografía. Lo escribí con mucho entusiasmo y a veces esas cosas se me pasan cuando escribo así uwu
El repentino ruido a las afueras de sus aposentos llamó su atención y levantó la vista de la pintura en la que había estado trabajando los últimos días.
Wheein dejó de ordenar las ropas que usó ese día y miró hacia la puerta, con clara expresión de sorpresa. Hoseok se puso de pie, pero su doncella le hizo un gesto de que iba ella. Minji no estaba ya que había aludido a que tenía una cita importante con el médico Shin, por lo que su amiga más cercana era la encargada de atenderlo esa noche. No creía que Yoongi fuera a pasar la noche con él considerando que tenía esa cena importante con los padres de Sojung, así que...
Su dama abrió las puertas y los gritos se hicieron más fuerte. Hoseok agarró su bata, calzándose rápidamente unos zapatos y cubriéndose cuando ese escándalo se volvió más fuerte.
―¡La mataste, bastarda, tú la mataste!
Oyó el grito ahogado de Wheein y a dos de sus guardias viéndosem muy fuera de sí. Yoorim no estaba, cuando debía quedarse esa noche custodiándolo.
Sin embargo, no tuvo demasiado tiempo para pensarlo, pues en ese momento se fijó en otra figura que se veía muy, muy pequeña, en medio de otros guardias. Reconoció a Bongsun a los pocos segundos, y se percató, entonces, de sus ropas manchadas de sangre. Y otra mujer (era una doncella de Sojung, se dio cuenta) era la que gritaba.
―Vuelva adentro, mi Señor ―dijo Youngmin, poniéndose en medio para que no siguiera viendo la escena.
―¡Eres una asesina! ―siguió acusando la doncella de Sojung, luciendo histérica y fuera de sí―. ¡La asesinaste! ¡Vas a pagar por eso!
Hoseok no entendía nada, pero sus alarmas se activaron cuando observó a un guardia atar las manos de Bongsun en su espalda.
―¿Qué están haciendo? ―habló, escandalizado―. ¡Suéltenla, ahora!