Advertencias: fic de época con muchas atribuciones. YoonSeok como pareja principal, pero al ser un fic harem, también existirán otras interacciones. Drama y angst.
Capítulo auspiciado KimButter_. ¡Gracias por apoyarme, bebé!
Este fue el último capítulo auspiciado por alguien, así que ahora, a aguantarse un tiempo BSHFBDSHFSBHF
Yoongi había notado que Hoseok estaba muy extraño.
Cuando llegó ese mismo día de sus tareas, notó la expresión en sus ojos. No era tristeza, aquella que lo había perseguido los últimos días, sino otra cosa. Algo parecido a ira y odio.
Se preguntó si estaba dirigida hacia él. Al fin y al cabo, cuidar de él debía ser agotador, y más en las condiciones de Hoseok. Varias veces le dijo que podía llamar a un sirviente que le atendiera, pero Hoseok se había negado abogando a que era su deber. En el fondo, a él le deprimía un poco escucharlo decir eso, pensando que el menor se encontraba harto de cuidarle como si fuera un niño pequeño.
Hoseok estaba muy callado y apenas contestó sus preguntas sobre cómo le había ido. Le empezó a dar la cena en ese estado, que sólo empeoró cuando apareció una doncella del chico, Bongsun, con una taza de té.
Yoongi lo vio olisquearla y darle un pequeño sorbo. Los ojos de Hoseok se oscurecieron más de lo que ya estaban.
―Melisa y pasiflora, ¿no es así? ―le preguntó a Bongsun con la voz temblando, ignorando a Yoongi.
―Así es, mi Señor ―dijo la doncella.
―Bien, bien ―Hoseok bebió más té, pero su aspecto era más sombrío.
Bongsun se inclinó y salió de la habitación. Yoongi sintió un golpe de ansiedad ante lo que estaba ocurriendo, sin entender nada de la situación.
―Hoba... ―murmuró, y Hoseok lo miró―, ¿qué ha pasado? ¿Con quién estás enfadado?
―Con nadie, Yoongi ―el menor trató de relajar las líneas de su rostro, pero no logró demasiado―. Sólo... tuve un encontrón con Sojung. Me ha dicho que quiere venir a visitarte e incluso insinuó que si estaba cansado, ella podía reemplazarme.
El mayor formó puños con sus manos, arrugando las sábanas de paso. El rostro de Hoseok se mantuvo tranquilo, y por lo mismo, no le convenció por completo su explicación. Si eso hubiera pasado antes, el menor habría llegado a su cuarto rezongando y hablando contra Sojung. Ahora, sin embargo, estaba más tranquilo.
―¿Seguro? ―preguntó Yoongi, arrugando el ceño ligeramente antes de sentir la punzada de dolor.
―No frunzas las cejas ―le dijo Hoseok, con ese tono de regaño al que ya se había acostumbrado―. Tu cicatriz todavía tiene costras y si se sale antes de lo esperado, te puedes hacer más daño.