Advertencias: fic de época con muchas atribuciones. YoonSeok como pareja principal, pero al ser un fic harem, también existirán otras interacciones. Drama, fluff y smut.
Este capítulo es tranquilo y de transición. Aunque igual verán a un Hoseok, quizás, un poco altivo, pero consideren también la época que era.
Hoseok sintió sus párpados revolotear, suspirando suavemente cuando pequeños besos fueron depositados en su cuello de manera seguida.
―¿Ya despertó mi joya más preciada?
La voz ronca provocó que abriera sus ojos, encontrándose con el rostro adormilado de Yoongi. Sin poder evitarlo, sonrió y le dio un abrazo, ambas bocas chocando en un beso dulce y tierno.
Aunque pronto el beso se transformó en algo más demandante, posesivo y salvaje. La lengua de Yoongi delineó su labio inferior antes de entrar dentro de su boca, y Hoseok sólo lo abrazó por el cuello, abriendo sus piernas de manera automática. El mayor no tardó en acomodarse entre ellas, y el doncel sintió la dureza.
Se separaron, pero Yoongi continuó besándole el cuello, comenzando a bajar. La boca de Hoseok sólo emitía gemidos suplicantes y temblorosos, tiritando al percibir la manera en que su prometido empezaba a lamer su pezón izquierdo.
―Dioses, mi... mi Señor... ―jadeó el muchacho, con los ojos llorosos y el rostro arrebolado en calor.
―Déjame probarte ―le gruñó Yoongi, y le agarró de las caderas, con sus labios ahora besándole el ombligo y bajando al vientre―. Levanta las piernas y muéstrate, precioso.
Lloriqueó, algo avergonzado a pesar de que era muy estúpido. Demasiado estúpido, considerando que ellos hicieron el amor sólo la noche anterior. Sin embargo, Hoseok no podía evitarlo, y más por lo que planeaba hacer Yoongi.
Pero la mirada de Yoongi, oscura y brillante por la lujuria, era clara: no podía negarse. Hoseok tampoco quería decirle que no, y se dio cuenta, en ese instante, que estaba en sus manos. El príncipe podría hacer lo que quisiera con él y no iba a negarse.
Levantó las piernas y echó las caderas hacia delante, doblando las rodillas y apretándolas contra su pecho. Casi quiso cerrarse de inmediato al sentirse tan expuesto, aunque ni siquiera pudo llegar a concretar la idea, porque Yoongi le agarró de inmediato para mantenerlo abierto.
El mayor contempló, tan rosadito y bonito, la entrada de su pareja. Se veía ligeramente abierto, de seguro por lo que hicieron horas atrás, y bastante húmedo por el semen derramado. Ese pensamiento no le generó un poco de rechazo, por lo que no tardó en inclinarse y escuchar el chillido que pegó Hoseok cuando lo besó.
―¡Yo-Yoongi! ―gimió el menor―. ¡No...! ¡Está...!
―Te encantó ―murmuró Yoongi, lamiendo el agujero y viendo como el pene de Hoseok soltaba un poco de presemen―, mira como te gusta, mi bebé.