Advertencias: fic de época con muchas atribuciones. YoonSeok como pareja principal, pero al ser un fic harem, también existirán otras interacciones. Drama y fluff.
por otro lado, me encantó mucho escribir este capítulo por Hobi. Hace mucho tiempo aprendí que las personas no somos blanco o negro, y lo mismo debe ocurrir con los personajes, especialmente con los protagonistas. Hobi siente celos, puede ser egoísta e incluso hasta cruel, porque todas las personas lo SOMOS al menos una vez en la vida.
Y si alguien les dice que no es así, no confíen en esas personas, son las peores HBJSHDFH
así que no quiero comentarios de odio uwu
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Tres días después, Hoseok recibió la invitación de ir a desayunar con el Emperador. Tuvo la tentación de rechazarlo, sin embargo, sabía que no sería bien visto y, muy probablemente, generaría algo más de tensión en el palacio.
―¿Está seguro de ese hanbok, mi Señor? ―preguntó Wheein, con una clara expresión de incertidumbre en su rostro.
―Sí ―Hoseok sonrió―, por supuesto. No puedo ir a ver al Emperador con cualquier prenda, Wheein.
Su doncella asintió mientras Hyerin, concentrada, le terminaba de aplicar el kohl en los ojos. Después agarró el pincel para colorearle los labios, y una vez listo, Hoseok se puso de pie para envolverse en la exquisita tela de seda, observando los brocados e hilos de marfil, plata y oro, decorando el blanco género. Era el mismo hanbok que el Emperador le hizo meses atrás, y una clara provocación al Príncipe, que tanto se enceló cuando lo vio con esas prendas.
A Hoseok no le importaba. O puede que sí, y por eso lo estaba haciendo. Como fuera, iba a buscar la manera de seguir molestando más a Yoongi en un pequeño acto de venganza infantil.
Sólo la misma noche anterior, Yoongi apareció por sus aposentos para cenar juntos, llevando una bonita caja de madera que poseía dos pendientes de esmeralda. Hoseok lo vio, agarró la cajita y sonrió con indiferencia.
―Muchas gracias, mi Príncipe ―dijo, yendo hacia el velador para dejarlo encima―, aunque disculpe que le diga, pero ya cené. Y estoy muy cansado, hoy hice tanto...
Observó la sonrisa de Yoongi apretarse, quizás tratando de contenerte una maldición.
―Entonces me puedes ver cenar ―replicó Yoongi―, y contarme de tu día.
―Paseé por el jardín, estuve con las princesas cosiendo... ―dijo Hoseok, sin perder la apatía.
―Hoseok.
―..., tomé una siesta también, ¡me encontraba tan cansado! ―fingió un bostezo―. Luego fui a rezar. No hice algo interesante, mi Señor.
―Rechazaste mi invitación para el almuerzo ―Yoongi comenzaba a verse fuera de sí.