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Advertencias: fic de época con muchas atribuciones. YoonSeok como pareja principal, pero al ser un fic harem, también existirán otras interacciones. Drama y fluff.

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La primera carta la recibió trece días después, cuando el paisaje se llenó de nieve y las temperaturas bajaron. Hoseok estaba en el templo, rezando, cuando Dongho apareció y se quedó en la entrada principal, esperándole con calma.

El chico no lo notó al inicio. Inclinado contra el pedestal principal donde las estatuas de los dioses fundadores fueron instaladas años atrás. El Gran Padre, Sang-je, y la Gran Madre, Dalnim, tenían sus rostros cubiertos por una tela para evitar ser observados a los ojos, ya que eso se encontraba prohibido para todos, a excepción del Emperador. Hoseok entró al templo horas atrás, encendiendo las velas del altar junto con el incienso y entregando una ofrenda, y se arrodilló para rezar y pedir por Yoongi y su padre.

―Padre, por favor ―le susurró mil veces―, que Yoongi vuelva, que regrese a mí. Madre, te lo ruego, dame valor y haz que la semilla de mi príncipe dé frutos en mí.

Cuando sintió que fue suficiente para él, se puso de pie e hizo un leve mohín por el dolor en sus piernas. Había pedido entrar solo al templo y no fue interrumpido en ningún momento. Cambió las velas, sin importarle que esa fuera una tarea de los sacerdotes, e hizo un último rezo antes de inclinarse frente a las figuras cubiertas.

El templo imperial era una enorme construcción que se encontraba en unas laderas fuera del palacio. Para llegar había que subir una escalera de granito, con treinta y tres escalones, pues dicho número se consideraban que eran los pasos para la iluminación. El arco y puerta principal, conocida como Chahamun, era magnífico y se encontraba bien cuidado, con un largo de cien yardas aproximadamente. Poseía otros dos pabellones: Anyangmun y Beomyeongnu, a los que podían acceder las personas para rezar y pedir a los dioses; y tres salones: Birojeon, donde sólo los sacerdote y monjes podían entrar ya que ahí se rezaba todo el día a los dioses; Daeungjeon, conocido como el salón de la Gran Iluminación y el templo principal, al cual la familia imperial podía acceder y rezar (allí se encontraba Hoseok en ese momento); y Geungnakjeon, donde los sacerdotes y monjes estudiaban y vivían. Los tres salones se encontraban construidos en madera y piedra junto con un techo de tejas, elevados en piedra y a los que también había que acceder subiendo una escalera. Además, en el patio principal se encontraban dos pagodas: Dabotap y Seokgatap, hechas en piedra y frente al salón Daeungjeon. A esas sólo podía acceder el Sumo Sacerdote.

Por lo mismo, no le sorprendió encontrárselo cuando salió del salón Daeungjeon. Hoseok no bajó la vista cuando sus ojos chocaron con el hombre, que acababa de limpiar la nieve de los leones de piedra que estaban esculpidos con pasión en la pagoda Dabotap.

Jewel [YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora