—¿Me permite su licencia por favor? —un policía de tránsito me detuvo en lo que parecía ser un control de rutina, poco habitual, pero dada mi corta estadía en la ciudad no podía definir con exactitud lo que era habitual o no.
El vigilante revisó mi licencia y me dejó ir, había terminado una reunión muy temprana con Jefferson y era la primera vez que estaba feliz de verme. Hubiese reparado un poco más en su casi falta de interés por los números individuales de cada acuerdo, pero él no tenía demasiada experiencia en negocios y yo tenía demasiadas cosas en mi cabeza.
Esta vez no iba a tener a David tomando mi mano ni consolándome mientras leía los resultados de mi biopsia, era algo que quería hacer sola, a mi manera y en mis propios tiempos. Lo hice muy mecánicamente, como ir al servicio de mensajería a retirar un paquete, excepto que lo que me dieron fue un sobre blanco con demasiados datos que no entendía.
—¿Usted sabe lo que esto significa? —pregunté a la señorita que me entregó los resultados en el laboratorio.
—Necesita revisarlos con su médico.
Salí de allí con los papeles en la mano, me subí al auto y conduje hasta el consultorio de mi especialista, la enfermera me detuvo y me hizo sentarme en la sala de espera. Seguí leyendo los papeles sin entenderlos y puse todo de mi parte para no googlear. Mi pierna derecha se movía incontrolablemente produciendo un ruido en la sala solitaria y me sudaban las manos.
Después de lo que parecieron horas, una mujer salió del consultorio y yo ingresé sin esperar que la enfermera me lo permitiera. El doctor tenía una paciencia de oro, un modo suave y firme de decir las cosas mientras lidiaba con la locura de pacientes como yo.
—¿Tengo cáncer? —pregunté interrumpiéndolo porque lo que me decía no lo podía comprender.
—No —dijo de forma definitiva, pero yo no podía relajarme aún.
—¿Pero? Con estas cosas siempre hay un pero.
—No lo hay. Es el resultado que esperábamos, la masa que extrajimos era benigna.
—¿No habrá quimio ni operaciones?
—No. Necesitas reunirte con tu ginecólogo...
—¡Oh por Dios! Creo que podría besarlo ahora mismo —me sentía lo suficientemente feliz y aliviada que moría de ganas en serio por besarlo—. Acaba de ser mi top uno de personas favoritas.
—Necesitas ver a tu ginecólogo, lo más probable es que te recomiende un tratamiento hormonal, y sé que no te va a gustar esto, pero necesitas plantearte si deseas embarazarte.
—Acaba de extirparme un ovario...
—Y tienes el cincuenta por ciento de tus óvulos, lo que implica menos tiempo de fertilidad, las mujeres tienen un número de óvulos...
—Sí, eso ya lo sé, pero no es como si tuviera que embarazarme ahora o que vaya a perder el otro ovario.
—Ahora sabemos que es una posibilidad. Es por eso que como tu médico estoy en la obligación de compartir contigo esta información. Siempre puedes extraer y congelar tus óvulos, pero mi recomendación siempre será que pruebes primero las opciones naturales, ve a casa, reúnete con tu ginecólogo y decide lo que sea mejor para ti.
—¿Usted qué haría si estuviera en mi lugar?
—Todo depende si quieres tener hijos, si los quieres, me pondría sana y tendría un hijo ya.
Esa no era la conversación que esperaba tener alguna vez, por lo general siempre creí que las presiones sociales en la vida de una mujer no eran algo que podían afectarme, que a mi debido tiempo conocería a alguien decente con quien tener un hijo sin que resulte un problema. Solo tenía treinta y dos años, se supone que había tiempo, y mis años de espera parecían haberse reducido a la mitad presionándome a pensar en algo que ni siquiera sabía del todo si sería posible.
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Control de Daños
FanfictionEsta es una historia evilcharming AU, Regina y David toman una serie de decisiones que los lleva a casarse para conseguir lo que quieren, motivados por la venganza y sin conocerse lo suficiente, aprenderán que la única forma de tenerlo todo es junto...