Capítulo 15

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REGINA

¿Era esta mi vida ahora? La pregunta no dejaba de aparecer en mi cabeza, como una gota taladrando mi cerebro. Ocurría en los pequeños detalles, al abrir los ojos en la mañana y notar su presencia a mi lado, su cepillo de dientes junto al mío, la cafetera encendida con el café preparado como me gusta, y ahora esa sonrisa que muestra cada vez que hablamos sobre tener un hijo juntos.

No sé, para dos personas que parecen estar tan lejos de su familia, la idea de tener una propia debería dar más miedo, cómo vamos a lograr tener algo que no tuvimos, aunque él no me hable de sus padres y su hermano, sé que no hay nada bueno que se pueda sacar de allí, sin embargo, su mente no navega por los mismos lugares oscuros que yo.

Su felicidad es contagiosa y me hace creer que tenemos algo que cualquiera envidiaría, y por su culpa ahora me encuentro pensando que he encontrado mi lugar feliz. Solo él ha sido capaz de encender esa luz, dejando sin cabida a todo lo que antes me importaba y que está resultando secundario; me encuentro disfrutando gratamente todo el tiempo que paso a su lado.

Me quedo en el espejo contemplando mi cuerpo en ropa interior y la idea de estar embarazada es mucho más tangible, si solo dependiera de mí, estaría aterrada, pero no estoy sola, y como una confirmación instantánea él se asoma en el baño a ver si estoy bien, se acerca y su mano se posa en mi vientre.

—¿Crees que hoy podemos hacer la prueba? —preguntó.

—No lo sé. Quizás es demasiado pronto.

—Van a pasar nueve meses y seguirás diciendo que es demasiado pronto —puso un beso en mi mejilla y me miró a través del reflejo en el espejo—. Hagamos la prueba, y si es negativa seguimos intentando un mes más. Me parece un trato justo.

—Lo voy a pensar. Primero tengo que reunirme con Jefferson.

—Él no es alguien en quien puedas confiar, es un idiota, pero sabe jugar muy bien sus cartas de acuerdo con sus intereses.

—Lo tengo controlado.

—Trata de evitar a la gente protestando, todavía hay algunos molestos.

—Estaré bien, sé cuidarme —giré el rostro para besarlo y él correspondió.

Lo bueno de tener tiempo libre era quedarme en sus brazos, con su lengua sumergida en mi boca y sus manos explorando mi cuerpo. La poca ropa que ambos llevábamos quedó olvidada en el piso del baño, retrocedimos con cuidado y nos metimos en la ducha. Era fácil continuar los besos cuando todo lo que queríamos era seguir.

El frío en mi espalda por estar arrimada contra las baldosas frías contrastaba con las gotas de agua caliente que caían sobre nosotros. Su boca chupó con cuidado mis senos y siguió un camino que pasaba por mi cuello hasta llegar a mi boca. Gemí con fuerza mientras su dura erección entraba y salía de mí, golpeando donde más lo necesitaba.

Lo único que lamentaba de nuestros encuentros sexuales mientras nos bañábamos, era que nunca duraban demasiado. Él solo tuvo que frotar mi clítoris en círculos para hacerme alcanzar un delicioso orgasmo que se intensificó al sentirlo terminar dentro de mí. Su boca no dejó de besarme mientras cabalgábamos las últimas olas de placer.

—No podemos dejar de intentar tener un bebé.

—Creí que estabas seguro de que ya lo habíamos conseguido —le di un beso más mientras salía de mí.

—Lo estoy, pero me encanta esto de hacer bebés contigo.

Los dos reímos por igual y terminamos de bañarnos.

Él no había hablado sobre la situación actual de su campaña electoral, e incluso su equipo parecía darse cuenta de que no le estaba dando la importancia necesaria. Nuestros planes de embarazo fueron el distractor perfecto para lo que auguraba un fracaso en las votaciones, así que esperaba que el resultado positivo que esperábamos se diera pronto.

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⏰ Última actualización: Nov 04 ⏰

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