Capítulo 7

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—Porque te hará sufrir y no quiero.
Le miré perpleja y algo dentro de mi comenzó a saltar de la alegría.
—Repítelo—susurré aun incrédula.
— ¿Qué cosa?—consultó nervioso.
—Quiero que digas lo que has dicho con el mismo tono de voz y las mismas palabras—murmuré sonriendo.
Finn me miró fijamente y comenzó a reír.
— ¿Quieres que te diga que no quiero que el tarado de Jesse te haga sufrir?—consultó mientras volteaba su cuerpo y lo posaba frente a mí.
Asentí y baje mi vista. No sé porque pero me sentía mal.
—¿Finn?—consulté luego de unos minutos de silencio.
—Dime—susurró muy bajo.
— ¿Qué me hará Jesse?—pregunte calmada.
—Se hará tu novio.
Aquellas palabras por una extraña y torpe razón no me sorprendían.
Vacilé unos minutos y volví mi mirada a Finn.
—Y ¿eso en que me dañará?—consulté sin entender.
—Te enamorarás de él.
—Finn—le llamé—Eso no me dañara—exclamé.
— ¡Pero a mí sí!—exclamó y se puso de pie.

Quedé pegada al suelo, con la boca semi abierta y una rara y extraña sensación dentro de mi cuerpo.
Sin pesarlo me puse de pie y corrí tras de Finn.
Tomé de su brazo y lo jalé hacia mí.
Me miró con una extraña expresión y llevó lentamente sus manos a mi rostro. Las posó sobre mis mejillas y sonrió dulcemente.
— ¿Por qué me haces esto?—consultó sonriendo.
—Creo que no puedo dejar de pensar en ti—susurré y sentí mis mejillas tornarse rojas.
Sonreí también y llevé mis manos a sus hombros en donde las pose y lentamente las comencé a subir hasta su pelo.
El bajó la mano izquierda por mi cuerpo y el poso sobre mi cintura. Tiro lentamente de ella y acercó mi cuerpo a su perfecta anatomía.
Me sentía nerviosa y no querría hablar, ya que si lo hacía tartamudearía y podría espantarlo.
—Yo tampoco—dijo por último.
Sus labios besaron mi mejilla y comenzaron a bajar en caminito hacia los míos. Los cuales fueron capturados de forma única, especial. Un beso de ángel.
Sus labios tiraban de los míos y mis manos se enredaban en sus rizos. Le di paso en mi cavidad bucal a su lengua, la cual sin previo aviso hizo contacto con la mía haciéndome delirar. Mis piernas se doblaron y Finn me afirmo aún más por la cintura para que no cayera. Me sentí pésimo en aquel momento.
Su aliento tan único, tan exquisito me hacía delirar. Me hacía querer más a cada segundo, aunque aquello me debilitara. No podía dejar de gozar. Lamentablemente tengo aquella torpeza de querer respirar siempre, me hubiera gustado no tener que hacerlo.
Se separó lentamente de mí, pero sus labios aún seguían en contacto conmigo. Sonrió cuando dejamos de tocarnos y me miró con aquella tan dulce y tierna mirada que tiene.
Sentí como de apoco mis mejillas se tornaban rojas, como de apoco yo me avergonzaba. Él parecía en el mismo estado.
Bajé mi mirada y contuve mi risa. Él me ponía nerviosa.
— ¡¿Qué?!—exclamó Finn impaciente.
Subí mi rostro confundida y le mire extrañada.
— ¿Qué ocurre?—consulté tímidamente.
Restregó sus ojos y parpadeo un par de veces luego miró por encima de mi cabeza y comenzó a bajar su vista, siempre mirando alrededor de mi cuerpo.
Yo miré mis brazos asustada. ¿Qué ocurría?
—Finn—susurré mirándolo. Pero él seguía mirando a mí alrededor y parpadeando. Susurraba frases tan bajo que no oía bien.
— ¡No logro ver tu halo, tu aura!—exclamó asustado y se distancio de mí.
Le miré tratando de entender aquello pero seguía sin comprender que ocurría si no veía mi aura, mi halo.
— ¿Qué ocurre si no…
—No podre saber que necesitas, que deseas, que sientes—dijo alarmado interrumpiéndome.
Comenzó nuevamente a restregar sus ojos y yo le miraba atónita.
Me acerqué a él pero el volvió a alejarse.
—Finn—murmuré entre dientes.
—Jamás volveré a besarte—dijo serio y retrocediendo otro pasó.
Aquello me destrozó. Por primera vez en mi vida me sentía tan mal por lo que un chico decía de mí, un chico que me ‘agradaba’.
Le miré tratando de ocultar mi tristeza y retrocedí pasos ahora yo.

Cuando ya estuve lo bastante lejos corrí hacia mi bolso, lo tomé y salí corriendo del prado.
Recuerdo que tropecé una vez pero me puse de pie tan rápidamente que no me dolió.
Finn se había olvidado de mí; no me siguió.
Sentí mis ojos llenarse de lágrimas y ¡sin saber porque!
Tome asiento cuando mis piernas no resistían más. Comencé a inhalar y exhalar de forma lenta y calmada.
Y de mis ojos solo caían frías y saladas gotas de agua.
'Me volveré anti-ángel', pensé y mordí mi labio inferior tratando de ocultar mi rabia.
Estuve unos minutos sola, jugando con el pasto, mirando a los pajaritos enamorados.
Mantuve mi vista en las nubes, jugaba con ellas, me dibujaban formas tan extrañas… todas ellas me recordaban a Finn.
— ¿Rachel?—susurraron a mi espalda.
Volteé asustada y tomé mi bolso. Pero luego me relaje al ver de quien venía aquello.
— ¿Qué haces por estos lados?—consulté sonriendo.
—Digamos que…—vaciló el chico.
Le miré intrigada y luego solté una sonrisita.
—No te molestes en explicarlo, yo tampoco vengo por estos lados—murmuré sonriendo.
Se acercó a mí y tomo asiento a mi lado. Me miraba de una manera extraña, algo incómoda.
—Y ¿no has venido con tu guardaespaldas?—consultó riendo.
— ¿Quién?—pregunté.
—El chico alto—susurró.
— ¿Finn?—pregunté estremeciéndome al susurrar su nombre.
—No sé cuál es su nombre, pero llego hoy a clases junto a mí—murmuró.
—No es mi guardaespaldas—le aclaré.
—Oh vamos Rachel no mientas, el miraba en tu dirección toda la clase—dijo riendo—Y luego en el recreo se paraba cerca de ti para observarte, cuando querías ingresar a clases te detenía para preguntarte cosas y luego desapareciste junto a él—exclamó explicándome todo.
—No es mi guardaespaldas—susurré nuevamente—Es solo un tarado que me odia.
—No, encontraría imposible que alguien lograra odiarte—susurró tímidamente.
Le miré sonriendo y le dediqué una sonrisa corta pero quizás dulce.
Frotó mi espalda con su mano y no hablamos más por un buen rato.

Él, Jesse… no parecía un chico normal. Quizás era raro pero a su forma. Cualquiera que lo mirase creería que es un tarado egocéntrico. Pero no lo es, o quizás solo está aparentando no serlo.
Suspiré, ya extrañaba a Finn.

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Mi querido ángel (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora