Corrí hacia ella y una sombra negra me empujo impidiéndome el paso. Le observe bien y pude ver a Jesse.
Este me fulmino con una oscuro mirada de temer. En ese instante supe que llego la hora de demostrar que soy un guardián.Tomé al chico por la espalda y lo lance contra un árbol que había en el lugar. El roble se dobló y Jesse rugió de dolor. Comencé con la mente a llamar a Santana, a Mercedes, a los tarados arcángeles.
Mi mirada se posó en ella… estaba tan herida, se veía tan inocente… ¿Por qué el jefe no me había dejado bajar a ayudarla?
Jesse se puso de pie y corrió hacia mí con la intención de dañarme… le esquivé y planté una patada sobre su estómago, este voló por el aire. En aquel instante corrí hacia ella. Besé su frente y le prometí que todo iba a estar bien.
Volteé al sentir la voz de Mercedes llamándome.
— ¡Ayúdame!—le grité. Esta me fulminó con la mirada y corrió hacia mí.
Pude apreciar como los arcángeles tomaban a Jesse y le sacaban aquel alma tan espantosa que tenía.
Reí al ver aquella imagen… aún falta mi patada, pensé divertido.
Me senté sobre el pasto y tome a Rachel entre mis brazos para tratar de que despertara. La chica no habría los ojos aunque yo se lo pidiera casi de rodillas.
—Ve por sus padres—susurró Mercedes.
— ¿Estás loca?—exclamé nervioso—No la pienso dejar sola otra vez.
—Finn no te estoy pidiendo que vallas por sus padres ¡Te lo estoy exigiendo!—gritó enfada, quizás ella estaba aún más nerviosa que yo— ¡Ahora ve a buscarlos antes de que la chica muera aquí mismo y frente a tus ojos!
Me puse de pie y bese cortamente los labios de Rachel.
Observe a Mercedes antes de tomar vuelo hacia sus padres, esta me miraba espantada.No me costó mucho encontrarlos. Se encontraban cocinando en el patio delantero de la casa de Jesse. La madre al verme sonrió y se encamino a mí.
—Finn, tanto tiempo sin verte—exclamó la mujer.
—Su hija ha sufrido un accidente—murmuré nervioso.
Los ojos de la mujer se dilataron enseguida y con un rostro urgido me miro impaciente.
Santana me decía que los arcángeles idearon un plan para que aquello pareciera un accidente. A Rachel la atropellaron mientras caminaba junto a Jesse por la calle… pero el que más salió lastimado fue Jesse ya que impacto contra un árbol. Sonreí al oír aquello… fue un placer haberlo lanzado contra el roble.
Llevé a la familia de Jesse y de Rachel ‘accidente’ en donde ya hacían ambulancias y policías.
Miré a mi chica en el suelo y rodeada de enfermeros dispuestos a ayudarla… en la otra esquina de la calle se encontraba el diabólico de Jesse, de seguro y ya sin vida.
Mercedes posó su mano sobre mi hombro y me miró desilusionada.
—Te enamoraste de ella—susurró y lo que más me sorprendió es que no fue una pregunta sino más bien una afirmación.
—Lo siento—dije en un hilo de voz.
Algo dentro de mí decía que ese sería mi último día como ángel.
— ¿Qué le diremos al jefe?—preguntó— ¿Qué lo sientes?
Negué con la cabeza. Y bajé mi mirada asustado. No quería dejar de verla.
— ¿Qué crees que hará?—consulté asustado.
—Yo no diré nada—dijo sonriendo—Pero lo harás tú.
— ¿Quieres que le diga… que me enamoré de mi misión?—consulté perplejo.
Ella asintió aun sonriente.
Me separé de ella de golpe y camine hacia donde estaba Rachel ya sobre una camilla y a punto de ingresar a la ambulancia.
Tomé su mano y entrelacé sus dedos con los míos.
—Te veo en el hospital—susurré cerca de su oído y luego besé su mejilla—Estoy contigo para siempre.
*Parpadeé un par de veces antes de abrir mis ojos del todo. Una luz cegante proveniente del techo no me dejaba ver bien. Llevé una de mis manos al rostro y cubrí de mi vista aquello. Observé a los pies de la camilla y un ramo de flores gigante la adornaba… seguí mirando alrededor de la blanca habitación y habían peluches, globos, más flores, cartas, dibujos. Y en un rincón él… mi ángel durmiendo plácidamente.
No pude evitar sonreír de la ternura al ver aquello. Tenía una taza en su mano y estaba tan pálido que daba risa. Me senté sobre la cama y un dolor agudo en mi pecho hizo que volviera a mi antigua posición.
Observé mis brazos repletos de cables por doquier, aquello me causaba una risa masoquista.
Recordé lo que había ocurrido con Jesse. Si hasta miedo me daba pensar en su nombre.
No despegué mi vista de Finn. De seguro me salvo y escuchó mis llamados.
Este se movió inquieto y el líquido de la taza salto sobre su pantalón. Dio un salto y secó rápidamente su ropa.
Reí ante aquello y el elevo su vista a mí.
Me miró asombrado y se puso de pie rápidamente. Sonrió de oreja a oreja y me envolvió entre sus brazos.
Suspiré al sentir aquello su calor nuevamente era mío.
Besó mi frente tiernamente y con una de sus manos acaricio mi rostro de manera delicada. Yo solo sonreía. Llevé una de mis manos a sus rulos y enrollé mis dedos en ellos. Aquello era tan hermoso.
—Recuerda este momento—susurró con su dulce voz sobre mis labios.
Asentí y pude sentir como nuestras narices se rozaban. Luego de tanta espera sus labios por fin eran míos otra vez.
Su aliento se enredaba con el mío creando la mezcla perfecta. Aquello me volvía completamente loca. Esa electricidad recorrió mi cuerpo y termino enredándose con mi corazón. Un pito comenzó a sonar de forma acelerada… al mismo ritmo que iba mi corazón. Supuse que era la máquina de electro y sentí vergüenza de que Finn oyera en el estado que me ponía.
Su lengua roso la mía lentamente. Mi piel se erizo de inmediato y aquel beso tan dulce de su parte me empalago por completo… ¿Cómo un chico podía ser tan dulce, tan dulce o quizás más que la azucar?Se separó de mis labios lentamente. Me miro a la cara con su dulce mirada y posiciono uno de sus tiernos besos sobre mi frente la cual luego de eso acaricio con la yema de sus dedos.
—Todo parecía un infierno sin ti—susurró mientras se recostaba a mi lado.
Por suerte para ambos las camillas eran grandes. Quizás en que hospital estaba… debía ser uno caro sin duda.
— ¿Por cuánto fue?—susurré angustiada— ¿Por cuánto fue que dormí?
—Muy poco, no te preocupes.
Enredó sus brazos alrededor de mi cuerpo y se mantuvo así por un buen rato. Sentía el golpe de su respiración en mi cuello. Aquello de alguna forma se sentía bien.
— ¿Finn?—consulté.
—Dime…—pidió dulce.
— ¿Qué ocurrió con…—vacilé por unos segundos esperando que el pudiera comprender aquello pero no lo hizo y me miró esperando que yo terminara la pregunta, trague saliva y exhale fuerte—con Jesse?
Rodeó sus ojos al suero que se encontraba ya casi terminado sobre mí y asintió.
—Será mejor que avise a los doctores que el suero se acabó—susurró mientras se ponía de pie.
—Finn—le llamé antes de que cruzara la puerta. Este volteó y me miró preocupado ¿Por qué no quería hablar de aquello?*******************************************************5/5*************************************************
Con esto se termina el maraton :p si en la semana puedo subir un capitulo, lo subire, con esto me despido XD bye :*
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