capítulo 23 FINAL

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Ya me sentía morir. No podía respirar como corresponde, estuve todo el día acostada deseando que el tiempo pasase de manera rápida, pero se me estaba haciendo una eternidad. Había decidido dejar de ver la hora cuando el reloj marcaba las tres. Desde ese momento deje de tener noción del tiempo. Con dificultad trataba de dejar de pensar en otra cosa que no fuese él. Pero hacer algo como eso es como lograr decir que no lo amo.

Sentí el pequeño roce de algo con la ventana. Mire esta y me puse de pie al reconocer la figura que se dibujaba tras las cortinas. Lo observe con lágrimas en mis ojos. Ya estaba con él nuevamente.
Las cortinas se expandieron y lo vi entrar. Su cara fue lo primero en hacerme sentir viva. Y entonces, antes de que él lograra estabilizar sus pies sobre mi habitación yo ya colgaba de su cuello y sollozaba de alegría porque nuevamente me encontraba con la droga que me hacía sentir adicta.
—Tranquila ya estoy acá—susurró mientras acariciaba mi espalda.
—No vuelvas a dejarme—le pedí con un nudo en mi garganta.
—Ok—fue lo único que respondió y luego acarició mi mejilla con la yema de sus dedos.
Junté sus labios con los míos. ¿Cómo es que logré sobrevivir doce horas sin él?
—Te amo, te extrañé y me sentí como en el infierno hoy—susurré mientras jalaba de su mano para que se recostara junto a mi.
—Lo siento—se disculpó.
Me tapó lentamente con las sábanas y beso mi frente de la manera más tierna. Me acurruqué a su lado, él cruzó uno de sus brazos al rededor de mi cintura, dando los más cálidos masajes sobre ella.
Mis ojos se comenzaron a cerrar y no sabía porque... estuve toda la tarde durmiendo, tratando de que la noche cayera de manera rápida solo para verlo y ahora que lo tengo a mi lado solo quiero dormir en sus brazos. No comprendo, de seguro Finn estaba haciendo algo para que yo me quedara dormida. Y sin previo aviso termine cerrando mis ojos y me volví victima de sus brazos.

Me desperté de un salto y giré mi cuerpo para ver si estaba a mi lado y... no. Salté de la cama y quite rastros de esta de mi rostro. Miré al rededor de mi habitación pero nada de él, nada.
Abrí la puerta del baño y miré adentro lo busqué hasta por detrás de las cortinas que separaban la tina del resto. Un nudo se creo en mi garganta y no sabía porque... quizás él estaba con mi madre desayunando.
Corrí escaleras abajo y busqué por el comedor, aunque fue inútil. Luego corrí hacía la cocina en donde no había nadie.
Abrí la puerta de la calle y no me importo andar con pijama. Corrí hasta el auto de mi papá solo para ver si él estaba dentro pero nuevamente fue un intento fallido. Mi corazón se apretujó.
Entré a la casa y tomé el teléfono móvil... marqué el número de mamá en un segundo y espere para que contestaran al otro lado de la línea. El pito sonaba y sonaba... luego me pareció oír un timbre a lo lejos, con el teléfono en la mano comencé a caminar y divise sobre el televisor del comedor el celular de mi madre marcando y marcando.
—¿Para qué lo tienen?—grité enfadada.
Lancé el teléfono que sostenía en mi mano al suelo y corrí escaleras arriba.
Me cambie de ropa de la manera más rápida... jamás pensé que lograría algo como eso. Amarré mi cabello a una coleta y tomé las llaves del auto de mi padre para salir a buscar a Finn... aunque él ya hubiese estado a mi lado ante tanto llamado que mi mente hacía.

Arranqué sin tomarle importancia a las flores de mi madre.
Conduje un poco hasta que vi a Ryder. ¡claro! Quizás estaba con su familia, con Frank.
Me bajé rápidamente y corrí hacia el chico.
—¡Ryder!—le llamé a lo lejos
El chico volteo y sonrió al verme aunque rápidamente su sonrisa se borró.
—¿Qué ocurre Rachel?—preguntó.
—¿Has visto a Finn?—dije alarmada. Si no hubiese sido porque estaba junto a Frank hubiese explotado en lágrimas frente a él.
—Se fue—dijo Frank.
Desvié mi vista de Ryder. ¡¿Que **** dijo?!
Fue como en esas películas, en donde cada cosa se mueve en cámara lenta. La sonrisa de Frank se expandió por toda su carita y luego volvió a susurrar.
—Se fue, anoche vino a verme, se despidió de mi y me dijo que te dijera que...—dudo por unos segundos, de seguro estaba recordando lo que mi ángel le encargo.
Con su manito me hizo señas para que me acercara a él y pudiera decírmelo al oído, como si fuera un gran secreto.
—Me dijo que te dijera: 'Te amo, más que a nada en esta eternidad y no estarás sola, volveré'.
Sonó tan igual a él, a mi Finn, a mi ángel. Subí mi rostro para mirar los ojos de Frank, y estaban llenos de sinceridad todo era cierto.
Exploté. Ryder me miró angustiado.
Lleve mis manos al pecho. Y les di las gracias a Frank con un beso en la frente. Luego voltee y comencé a contar mis minutos de vida.
—¡¿Rachel estas bien?—gritó Ryder.
Levanté mi mano en señal de que lo estaba, aunque fuese mentira.
Subí al auto de mi padre y millones de lágrimas se apoderaron de mí. Apreté el acelerador y conduje sin rumbo.
¿Cómo iba a soportar una vida sin él? ¿Cómo iba a lograr suspirar por alguien más? ¿Cómo **** se supone que logre ser feliz? ¿Qué va a ser de mi ahora? ¿Por qué se fue? ¿Por qué me dejo? ¿Por qué no baja a recuperarme, a salvarme, a quitarme el aliento y el dolor del cual él suele alejarme?
Mis venas amenazaban con explotar del dolor, mi mente sostenía una guerra con mi corazón por haberse enamorado de esa forma... haberse enamorado hasta enloquecer. A mi alma no la sentía dentro... es como si no tuviera esencia.
Doblé a la derecha y solté el volante para secar mis lágrimas. Cerré mis ojos para que la limpieza fuese más profunda y al momento de abrirlos vi el auto encima mío. Traté de frenar, juro que traté de hacerlo. Pero no pude y solo una maniobra mal hecha hizo que mi auto impactara contra la barrera que impedía el paso a una construcción. Revoté dentro del auto, como si estuviese en la luna floté y salí volando por la ventana. El retrovisor impacto contra mi frente, los millones de vidrios se enterraron en mi cuerpo. Colisione contra la pared de madera que cubría parte de la construcción y rápidamente todos los carteles que estaban pegados a ella cayeron sobre mi cuerpo y al final mi venas pudieron reventar sin problemas...

**

Subí antes al cielo, solo para entrar antes para poder buscar mi cuerpo. Eran millones y millones de almas, de luces... ¿Cómo se suponía que lo hallaría antes de que anochezca? Además había algo que me tenía preocupado:
ya no podía sentir lo llamados de mi chica. La noche anterior le pedí a Frank que le diera un recado... espero que haya cumplido.
Miré a Mercedes a lo lejos y ésta se acercó.
—¿Estás listo?—preguntó al momento que no dejaba de sonreír.
—Listo—susurré.
Y después de decir eso un empujón de su parte fue lo que hizo que entrara al templo de las almas. Las puertas se cerraron y me perdí. Demoraría miles de años en encontrar mi cuerpo. Habían cuerpos en el lugar, pero no era el mío. Al parecer yo no era el único que pasaba por lo mismo.

*

Abrí mis ojos, intente ver pero estaba cegada por la luz blanca del recinto ¿Es que estaba en el cielo?
No podía recordar nada, no podía recordar como fue que llegué allí... solo recordaba el dolor que mi cuerpo aun siente, y no era un dolor de heridas, si no más bien uno de ausencia. No podía soportar el dolor, no podía hacer que se vaya ¿Por qué me ocurrió esto a mi?
La luz se alejó y el pensamiento de creer que estaba en el cielo se fue con ella.
—¿Qué ocurre?—le pregunté al doctor, al mismo de siempre.
—Fue un accidente muy fuerte, cualquiera hubiera muerto—respondió mientras quitaba el suero de mi brazo—al parecer arriba hay alguien que te quiere.

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AQUI ESTA EL UTLIMO CAPITULO :( yo creo que rachel deberia tener un seguro contra accidentes, se haria millonaria, cada cinco minutos salia lastimada. 

Bueno como les dije, mañana subire el epilogo, asi que esperen lo con emoción ;) y porfavor no me maten :( yo solo quiero darles un poco de suspenso.

Mi querido ángel (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora