Capítulo 4

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Nos despertamos al mismo tiempo a eso de las siete de la mañana para vestirnos,peinarnos e ir a comprar algo para llevar en el tren.

Decidí ponerme una falda blanca con una blusa campesina celeste ¿Muy básico? Tal vez, pero me hace sentir cómoda y bonita.

Rubi nos dejó en la parada después de que compramos los boletos para el tren.

- Quien lo creeria, viajando solas a Marbella - Digo colocándome junto a Prisci

- Seguramente tus padres no - Lu sonrie y yo apoyo a su respuesta

- Dime que compraste los manies - Prisci apunta a mi bolso

- Claro que sí - digo abriéndolo - tengo los manís, las gomitas, un envase pequeño de manjar y ... ¡Mis chocolates! ¡No los tengo!

- Isa olvidando los chocolates, algo serio te está pasando - añade Lu - vi a un vendedor en la entrada, tal vez puedas comprarlo antes de que llegue el tren - Lu se pone de pie - ¡Hey aquí! ¡Vale!

- ¡Chicas! Pensé que no vendrían, qué alegría me da verlas - nos abraza como si nos hubiese conocido desde hace mucho tiempo

- Hola, ya vuelvo voy a comprar mis dulces - digo - Ten mi bolso, no quiero que se pierda el boleto. Llevaré el dinero, no toques nada - le digo a Priscila sabiendo como le gusta adelantarse en comer los dulces

- Te lo prometo - sabia que mentia

Camino entre las personas buscando al señor que habíamos visto hace unos minutos.

¿Dónde está? Decido seguir caminando, faltaba todavía para que el tren llegara. Subí las escaleras y empecé a caminar . El señor estaba a unos veinte pasos de mi asi que camine escabulléndose entre las personas que no dejaban de caminar apresuradamente hasta la parada como si de eso se tratase su vida.

- Hola, buenos días ... me puede ayudar con dos barras de chocolate blanco y uno de leche - digo

- ¿Con mani? - pregunta

- Si es posible - le sonrío y empiezo a contar el dinero para pagar mis dulces

- Serian 4 euros


Cuando extiendo mi mano para entregar el dinero alguien me golpea con su hombro.

- ¡Idiota! - le grito al chico que sigue caminando acomodándose su casaca jean - Lo lamento tantísimo - digo recogiendo el dinero del suelo y se lo entrego - aqui esta, muchas gracias


¿Es en serio Isa? ¿Dos idiotas en menos de 24 horas? Que buena racha que tienes

Benditos chocolates, son mi necesidad, un vicio supremo.

Bajo las escaleras casi corriendo pero no encuentro a mis amigas por ningún lado. Todavía falta para que el tren se vaya, o eso creo.

- Disculpe ¿Qué hora es? - pregunto a una señora que camina por aho

- Nueve con cinco minutos - dice - El tren acaba de partir

- Asombroso - digo casi suspirando - gracias


¿Ahora que hago? Voy a llamar a las chicas ... ¡Eres torpe!

Decidí comprar otro boleto para el próximo tren que saldrá en veinte minutos.

Me resigno a quedarme en casa sola, porque hasta Rubi salió a dar un paseo.

Con mi boleto en mano me quedo sentada esperando que el próximo tren llegase. Que aburrido que es aquí, o por lo menos eso pensaba hasta que lo vi.

- ¡Que genial que toca ese hombre! - Digo escuchando al músico que se acomodo a mi derecha .

Empezó a tocar una canción que siempre me recordaba a mi padre. Flor Palida de Marc Anthony. Recuerdo los viajes en coche y como siempre acompañábamos con las palmas; nos turnábamos para ser el coro del otro. Hace mucho que no lo hacemos, su trabajo y el colegio nos han tan ocupados. Ni siquiera puedo decir que estaremos juntos en vacaciones porque sus vacaciones siempre inician cuando las mías están a punto de terminar.

Me acerco hasta el señor en donde los demás están rodeandolo y pongo los últimos tres euros que me sobran en su gorro.

- Gracias bonita - dice brindándome una sonrisa reconfortante


No se como perdi la nocion del tiempo solo en escucharlo, pero el tren llegó.

Me sentí pequeña entre los demás, parecía una niña siendo levantada por el resto de las personas.

Y así fue como me tocó ir de pie.

En ese momento hubiese querido haber pensado más de una vez en si era buena opción o no dejar mi bolso con el resto de mis cosas.

Me sostuve de uno de los tubos que iban del suelo hasta el techo del tren esperando llegar pronto, solo era media hora de estar en pie, no era mucho en realidad.

Vi a mi alrededor, la mayoría eran personas en traje o turistas vestidos con shorts, camisas sin mangas y sombreros de pescador.

- Que bonita que estas - siento un aliento caliente en mi cuello y como una mano empieza a tocarme la cintura


¿Que está pasando?.

Me volteo y veo al hombre que me estaba mirando con esa mirada tan asquerosa y pervertida.

Me quedo helada y solo veo como empieza a tocarse el pantalón. Mi corazón palpitaba rápidamente, me faltaba el aire. Siento como se va acercando más.

- ¿Está todo bien? - me pregunta la misma señora a la que le había preguntado la hora y le indico con la cabeza que no - Permiso - dice colocándose entre ese hombre y yo

El hombre se aleja como si nada hubiese pasado y se sienta al frente mio.

- Gra ... gracias - consigo decirle

- No hay porque, odio que este tipo de cosas sucedan. Cuando empezara a existir respeto y a cuidarse unos a los otros

- No sabia que podia llegar a pasar - digo - en serio gracias


Habian pasado solo siete minutos y habían sido los peores de mi vida

El tren se detiene de repente y siento como salgo despedida hacia adelante.

Alguien me atrapo. Por favor que no sea ese hombre...

Encuéntrame en las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora