Capítulo 34

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Joel y yo estábamos parados en el marco de la puerta de mi casa esperando que mis padres terminaron de poner sus pequeños bolsos en la parte trasera. Habían ofrecido llevar nuestra parrilla porque la casa en donde se quedarían era prácticamente nueva y no contaban con muchas cosas.

Eran las ocho de la mañana, Joel solía salir a correr en la mañana. Aun no entendía como era capaz de desperdiciar horas de sueño. Así que mientras el ya estaba duchado y completamente a la expectativa de saber que seria de nostros este fin de semana yo no paraba de frotar mis ojos por la luz que había y porque me moría de sueño.

Ayer ... hoy me amanecí viendo una serie con Lu y Prisci. Lu se quedo dormida mientras que las dos que permanecimos despiertas no parábamos de sacar capturas para poderla molestar. Aunque hubiese querido tener el video que grabó Prisci cuando empezó a susurrar el nombre de Emilio como por veinte veces en menos de cinco minutos.

- Ya esta listo - mi papá cerró la puerta trasera y se acercó hasta donde estábamos  nosotros - Dejó la casa en sus manos - nos apuntó con el dedo a ambos - donde sucede algo, castigados una semana

- Pero si no eres mi ...

- Castigados una semana - volvió a decir mi padre interrumpiendo a Joel

- No pasará nada, papá - agregue - a lo mucho vendrán mis amigos a comer pizza o algo - le sonreí

- ¿No confías en tu hija? - entrecerró los ojos Joel - Que mal Victor, que mal

- Preferia cuando tenías dos años y te caias cada que te levantabas - dijo mi padre

- Si no nos vamos ya, llegaremos tarde - agregó mi mamá - Te cuidas - me dio un beso - Y no hagan ninguna locura - dijo esta vez dirigiéndose hasta mi tio


Vimos como el auto de mis padres desaparecía de mi calle y cuando ya habían virado entramos en la casa. Joel seguramente se quedaría a ver alguna serie en la habitacion de huespedes o en la sala por lo que empecé a subir las escaleras

¿- A dónde crees que vas? - pregunto anteponiendose en mi camino

- A dormir - bostecé - recién son las ocho de la mañana y es sábado

- Exacto, es sabado - sonrió Joel - perfecto para una fiesta

- Debes estar de bromas, han dicho que nada de locuras

- ¿cuando en la última vez que organizaste una fiesta? - me pregunto cruzándose de brazos

- En realidad nunca lo he hecho - levante los hombros - Además hoy quedé con los chicos en ir a la feria y no tendríamos tiempo ...

- Yo me ocupo - sonrió - Invitaré a unos amigos para que me ayuden

- No creo que tengas tiempo para ...

- ¿Es un si? - dude - Vamos, no seas aburrida ¿Que es lo peor que puede pasar?


Lo dudé por un momento. Nunca había organizado una fiesta, esta sería la primera vez y Joel era muy bueno organizándolas. Según lo que me había contado la última vez, el dueño del edificio en donde tenía su apartamento había dicho que no volviera a hacer más fiestas porque siempre tenía quejas de los vecinos. Cosa que no sorprendía pues, aunque sólo estuviese él y dos amigos más, el lugar terminaba siendo un completo bullón.

Termine cediendo y mi tio casi se puso a saltar de la alegría. Era lo bueno de compartir una edad cercana.

Toda la rutina que tenía planeada cambio. Ya no pude dormir, y eso fue lo que mas me disgusto. Me puse un jean, una jersey blanca y unos tenis rojos. Tendría Que ir con Joel al supermercado a comprar todo lo necesario. No sabia que era todo lo necesario en sus términos.

Encuéntrame en las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora