Capítulo 8

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Habían pasado dos semanas desde que fuimos a Marbella. Todas las tardes, Lu, Prisci y yo salíamos a la playa a tomar sol o a nadar un rato en el mar.

No había visto a Max en todo este tiempo. Tal vez tan solo fue un encuentro, sería solo eso.

El sol brillaba con intensidad sobre el agua salada causando reflejos en esta. Lu y Prisci estaban sentadas junto a mi tomando un batido de fresa, yo decidí ir al mar un tiempo. Después ya veré que hacer.

- ¿Cómo va tu deber? - pregunta Lu antes de que me ponga de pie

- No he progresado en nada - levanto mis hombros - siento que nada me inspira

- Yo te ayudaria - dice Prisci - pero las letras no son lo mio - sonrie acostándose nuevamente en la arena

Cuando las chicas se recuestan, dejo mis cosas en el bolso y caminó hasta llegar al mar. Empiezo a tocar la arena mojada con mis pies y luego entró en el agua. Nadé un poco hasta quedar con el agua un poco más arriba de mi ombligo.

Empiezo a saltar cada vez que una ola se acerca como lo hacía cuando era niña con mi padre mientras mi madre nos veía desde la orilla. No era una experta nadando, parte de que el mar o bueno, cualquier masa de agua grande le daba miedo.

Últimamente no pasaba tiempo con ellos. Ambos eran maestros y los veía poco tiempo, la mañana antes del colegio y en la noche una hora antes de acostarme a dormir.

No pasamos mucho tiempo en la playa como solíamos hacerlo los otros días. Envie un mensaje a mis padres con unas cuantas fotos y diciéndoles lo mucho que los quería y extrañaba.

- Había visto aquí cerca un puesto de joyas, tal vez tendríamos que ver alguna ¿Les parece?- digo pero mis amigas se niegan

- Estamos un poco cansadas, no se como siempre tienes energía para todo - suelta Prisci

- Yo tampoco - digo - entonces nos vemos despues - empiezo a caminar lejos de ellas en rumbo a ver algun collar o anillo que me llamase la atención

El atardecer ya se estaba haciendo presente. El cielo se pintó de rosa,morado y anaranjado. El agua expulsaba destellos de luz y veía cómo las familias que habían estado con nosotras a un comienzo empezaron a dejar la playa.

Una cálida brisa me abrazó de manera delicada haciendo que mi cabello se fuese hacia mi rostro.

- ¿Otra vez sola? - me pregunto una voz que no tardé en reconocer

- Cosas de chica solitaria - agrego y le saco una sonrisa - ¿Que haces aqui?

- He venido a nadar - agrega mostrando el océano

- ¿A esta hora? - pregunto confundida y él asiente moviendo la cabeza repetidamente

- Es la mejor hora para nadar - dice tomándome de la mano - ven

- ¿A dónde? - pregunta con una sonrisa

- A nadar conmigo - empieza a correr conmigo por detrás - ¡Deberías dejar eso en la arena si no quieres que se mojen! - grita

- ¡Estas loco! Llevo puesta ropa - digo pero el lo ignora y sigue corriendo.


Tiro mi bolso a un lado y corremos un poco más hasta llegar al mar. Él se zambulle y yo lo sigo.

El agua estaba iluminada por el sol, la transparencia y la luminosidad me permitía ver al rubio moviendo su cabeza como si estuviera cantando una canción. Me atrae hacia él y juntos subimos a la superficie. El sol estaba a sus espaldas y él lucía tan perfecto ahí, sin necesidad de hacerlo y seguramente yo estaría horrible pero no me importaba.

Encuéntrame en las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora