El Juez de Garuda y los dos Espectros que todavía tenía acompañándolo veían a la mujer que resulto ser un Santo Dorado, cosa que los sorprendió completamente. Raimi y Gregor estaban en guardia, pero Aiacos se cruzo de brazos.
-¿Una mujer como un Santo Dorado? El ejercito de Athena si que debió quedar mal luego de la Guerra Santa-.
-Mejor que ustedes, que fueron eliminados en el Inframundo por tan solo 5 Santos de Bronce y dos Dorados- contesto Marín, sacándole una mueca de odio a Aiacos. Salto del pilar que estaba sentada y camino entre las rosas hacía ellos.
-¿Cómo puede caminar entre esas rosas venenosas?- Pregunto Gregor sorprendido.
-Escuche que el Caballero de Piscis tiene veneno en su sangre, así que sus ataques también son venenosos- explico Aiacos. -¿De verdad piensas que un montón de rosas nos detendrán?- Pregunto burlonamente.
-No los veo acercarse-.
Aiacos sonrió y encendió su cosmos, siendo rodeado por el aura violácea. Marín se detuvo y levanto un puño en señal de guardia.
-¡Aleteo de Garuda!- El Juez elevo sus brazos hacía arriba. Una fuerte corriente de viento sacudió todo el lugar y mando a volar al cielo las rosas, destruyéndolas por la fuerte ráfaga de viento que creo.
Marín se quedo quieta en su igual, la técnica de Aiacos no fue contra ella, sino fue para quitar del camino su campo de rosas.
-Como ves, tu campo de rosas nunca fue un problema verdadero- se jacto orgulloso el Juez. -Adelántense, yo me ocupare de esta mujer. Destruyan la aldea y vayan al Santuario-.
-¡Si!- Asintieron ambos Espectros.
Los dos Espectros bajaron y comenzaron a correr para pasar de largo a la Santo que no haría ningún movimiento con Aiacos delante suyo. La pasaron de largo y siguieron adelante.
-Escuche que para las amazonas es más humillante que un hombre vea su rostro a que estar desnudas... será interesante quitarte esa mascara antes de eliminarte-.
-Grandes palabras para un Espectro- Marín creo una rosa roja roja con su cosmos en su mano. -¡Rosas Demoniacas Reales!-.
Marín empezó el ataque, lanzando la rosa roja que creo y que fue seguida de un grupo de rosas rojas que se crearon con el cosmos de la Amazona. Aiacos, levanto la mano y con su cosmos destruyo las rosas sin problemas. Cuando iba a ser un comentario de ese pobre ataque, Marín ya estaba delante suyo, uso las rosas como una cubierta para acercarse. Le dio una patada al estomago del Juez que lo hizo retroceder y se acerco de nuevo para darle una segunda patada, que también uso de impulso para saltar y elevarse al aire.
-¡Puño Meteórico!- Los meteoros celestes salieron del puño de Marín y golpearon al Juez, que al ver ese ataque lo intento esquivar, cosa que logro, pero aun así recibió algunos. -¿Eso es todo? Esperaba más de un Juez del Inframundo. Que decepción-.
Aiacos se llevo una mano a la boca, notando que uno de esos meteoros golpeo su rostro y le dejo un raspón. Apretó el puño furioso ante tal ofensa. Era uno de los Jueces del Inframundo, y no se dejaría humillar así.
-Veamos si te gusta esto. ¡Aleteo de Garuda!- Realizando su técnica, levanto del suelo hasta el aire a la Amazona, pero ella ya había visto esta técnica cuando la uso para quitar sus rosas. Una ventaja que aprovechara.
Concentrando cosmos alrededor de su cuerpo, lo expulso como un tipo de onda que despejo la ráfaga de aire que Aiacos creo con su técnica. Con una mano aterrizo en el suelo antes de caer y con ese apoyo dio un impulso para saltar y caer de pie delante del Juez.
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La Leyenda de las Facciones y del Santuario
ParanormalAthena, después de siglos desde que existe, ha decidido expandirse y formar alianzas con el resto de seres, incluyendo las tres facciones. Una nueva leyenda comenzará, y Seiya alzara el vuelo con sus alas doradas para ser la flecha que muestre la lu...