#03

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»»Con mucho esfuerzo, consiguieron meterse a la habitación, antes de quitarse toda la ropa y que Seokjin tuviera a Taehyung gritando porque lo penetrara más duro. El mayor sólo estaba estirándolo con sus dedos, pero el menor se retorcía, empujando sus caderas al encuentro de sus embestidas, deseando algo más grande. El empresario jugó con él un poco más, paseando su lengua por el interior de sus muslos, dejando chupetones y suaves mordidas, que tenían su polla goteando en necesidad. Pronto, su boca descendió hasta donde sus dedos se perdían en su interior, para sumarle un poco de saliva y facilitar el movimiento de estos. En su apuro por coger, habían olvidado las cosas esenciales, como el lubricante.

—¡Papi, por favor! ¡Necesito que me folles duro! —decía Taehyung en voz alta, rogando sin inhibiciones, viéndose tan caliente y deseoso, que el pene de Seokjin dolía.

—Aún no, bebé... debes recibir tu castigo —consiguió decir, tomando con su mano libre, el miembro del menor, pasando su pulgar por la punta humedecida y repartiendo el líquido por todo el lugar, sintiendo las paredes de su interior comprimirse en anticipación. Iba a correrse. —No tienes permitido correrte, hasta que tengas mi pene profundamente enterrado en tu culo... si lo haces antes, voy a cabrearme y te castigaré duro.

Taehyung mordió su labio, tan excitado con su amenaza, que creyó que perdería la batalla contra el placer que sentía su cuerpo. Nuevamente, con una sacudida completa, su piel se erizó y su pene palpitó listo para liberarse, al sentir que el mayor metía una de sus bolas a la boca, chupándola, al tiempo que tres de sus dedos lo penetraban, torturando su próstata en cada estocada certera. El menor no podía soportarlo por más tiempo.

—Me... Me voy a... ¡Jesucristo! —gritó, cuando de improviso, el gran pene de Seokjin atravesó el anillo de músculos, reemplazando sus dedos. No hubo tiempo para amoldarse a la intrusión o al considerable tamaño del mayor, pues en un ritmo implacable, el empresario lo penetró, haciéndole sentir que lo partiría a la mitad. Lo volteó sin detener sus embistes, presionando su cara contra las sábanas, atrapando sus brazos y llevándolos a su espalda, para sostenerlos allí y ayudarse con éstos para llegar más profundo.

La pelvis del mayor se estampaba ruidosamente contra el bonito trasero enrojecido de Taehyung y el menor lloraba de puro placer, sintiéndolo tan adentro, tan delicioso, que su corrida lo arrasó, dejándolo drenado por completo.

—¡Mierda, papi!~ —lloriqueó. —¡Tan bueno! ¡Me encanta así!

—Te voy a dar tan duro, que no podrás sentarte en la misa del domingo —se mofó Seokjin, sosteniéndolo de las caderas, y arremetiendo aún más fuerte, con sus bolas rebotando contra las del menor. —¿Te gusta así, bebé? —murmuró con los dientes apretados de placer. —¿Te gusta que papi te folle duro?

—¡Sí! ¡Sí!~ —gemía con la lujuria guiando sus palabras. —¡Dame más duro, papi!~

Con una resistencia envidiable, Seokjin consiguió mantenerlo gritando su nombre por un par de minutos más, hasta que se vació por completo en el preservativo, permaneciendo enterrado en el interior del menor, recuperando el aliento. Aquel jovencito acabaría con él antes de los cuarenta.

—Este fin de semana, habrá una especie de retiro cristiano, para los jóvenes de la iglesia —comentó Taehyung, en su camino de regreso a casa. El tiempo juntos era limitado y no podían desperdiciarlo hablando, por lo que, aprovechó de decírselo en el vehículo. —Y... estaba pensando en volarme para pasarla contigo... Serían tres días para nosotros.

—Suena interesante, pero... ¿estás seguro que tus padres no van a enterarse de nada? —dudó. Él podía arriesgarse a andar con el menor metido en el carro, sin embargo, tres días podrían considerarse un secuestro.

¡Ups! - JinTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora