#10

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Pasaban de las ocho de la noche y, en la esquina más oscura de la calle, un grupo de chicos reía, envueltos con el humo del cigarrillo.

—No puedes ser tan marica —se burló Taehyung, tirando el humo prácticamente en la cara de Namjoon. —Aprende a fumar como los hombres —rio, dándole una palmada juguetona en el trasero.

—No le digas así —Jimin negó con la cabeza, apartando su propio cigarrillo para hablar. —Que sea tan inocente es parte del encanto de nuestra calabacita —lo cogió por el mentón, acercándose para besarlo y pasarle el humo.

—Eso es cierto —se sumó Jungkook, tomando el cigarro de entre los dedos de Jimin, viéndolo demasiado entusiasta con los besos, para aspirar una calada. —Ugh... ¿No hace mucho frío para estar cerca de empezar el verano?

—Aún es pronto —Taehyung revisó la hora en su celular. —Maldita sea, Seokjin dijo que llegaría a las ocho y ya ha pasado casi media hora —resopló.

—La reunión debe haberse extendido —lo animó Jeon. —Esas cosas pasan.

—No a él... él es el jefe —dijo con altivez. —Además, nunca me deja plantado... Bueno, hay un par al que no le importa el frío, por lo que veo —el castaño señaló a su emocionado amigo, metiendo su mano bajo el suéter de hilo que vestía Jimin, sin apartarse de sus labios.

—Es que, hace días que no podíamos vernos —explicó Jungkook.

—Te están dejando de lado —bromeó el menor.

—No es eso, sólo no quiero ser descortés de meterme a un beso grupal, y dejarte hablando solo —le guiñó un ojo.

—Hmm... ustedes sí que se divierten —asintió Taehyung.

—No te haces una idea —sonrió con malicia el pelinegro. —El otro día nos llegó una encomienda, de unos vibradores que habíamos pedido, para meterlos con...

—¡Mierda! ¡Nam, tu mamá! —Taehyung pudo reconocer la silueta de la mujer y su forma de andar, gracias a los años que llevaba de conocerla. Prácticamente, toda una vida. El aludido se apartó de la boca del rubio, como picado por la corriente y los otros tres se encargaron de apagar los cigarrillos, espantando el humo a su alrededor con manoteos desesperados.

—¡Maldita sea! —Namjoon se peinó con rapidez, limpiando la humedad de su boca y cerciorándose que su aliento no lo delatara. Aunque él no hubiera fumado directamente, de todos modos, Jimin llevaba rato pasándole el humo desde su boca.

—Tranquilo, respira —Taehyung le apretó el brazo, viendo cómo la mujer entrecerraba los ojos para ver quiénes eran los chicos parados en aquella oscura esquina. —Recuerda, sólo nos encontramos, porque íbamos a mi casa a organizar la reunión del domingo con el grupo 15-20 —detalló la coartada, para que su amigo no se evidenciara delante de su madre.

—¿Monie? ¿Taehyungie? —preguntó la señora Kim, y los mencionados se acercaron a ella, plasmando un par de sonrisas inocentes.

—Mamá, ¿por qué andas tan tarde por la calle? —preguntó el chico, mostrándose preocupado.

—Sólo iba a la tienda, porque se rompió una bombilla en la casa y tú no contestabas tu teléfono —aclaró. —Y, ¿ustedes qué hacen parados allí?

—Oh, eso... —Nam se rascó la nuca.

—Nos encontramos con nuestros amigos... ¿Recuerda a Jimin y Jungkook? —Taehyung les hizo una seña con su mano para que se acercaran, ya que se habían deshecho de sus cigarros discretamente. —Íbamos para mi casa, pero nos entretuvimos hablando.

¡Ups! - JinTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora