¡Ups! - JinTae

#02

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Dos meses antes...

»»Taehyung cerró su himnario, sentándose en su silla, junto a los demás jóvenes a su alrededor. A su lado, su amigo de la iglesia, Kim Namjoon, lo codeó al verlo bostezar sin cubrirse la boca.

—Oye, ¿te quedaste jugando hasta tarde o porqué tienes tanto sueño? —dudó el chico, jugueteando con el primer botón de la camisa, queriendo desabotonarlo, pero negándose a hacerlo, para no arruinar su tenida de domingo.

—No... bueno, algo así —reprimió un nuevo bostezo, sonriendo para sus adentros, recordando la candente noche de sexo telefónico que había tenido con Seokjin.

—Deberías dejar esos juegos, y centrarte más en la escuela —aconsejó, mirándolo con el ceño fruncido.

—Cállate, no necesito un papá también aquí —se quejó.

—Sólo me preocupo por ti —murmuró, en susurros, para no interrumpir el mensaje del predicador en el frente.

—No lo hagas, tengo muy buenas calificaciones —se jactó.

—...Por lo que, este fin de semana, nuestros jóvenes más consagrados podrán participar de un retiro cristiano, en la finca del pastor Yoo, quien amablemente ofreció su casa... —las palabras del pastor, llamaron la atención del adolescente, quien vio en ello su oportunidad.

—¿Retiro cristiano? ¿Crees que debamos ir? —Namjoon lo miró con una ceja alzada.

—Por supuesto que iremos, somos tutores del grupo 15-20 —dijo obvio, haciendo referencia al grupo de jóvenes que dirigían, que iban en un rango etario entre los 15 y los 20 años. Taehyung y Namjoon habían sido seleccionados por la devoción de sus padres y por llevar prácticamente, toda su vida sirviendo en aquella corporación.

—¿Qué pasaría si no voy? —preguntó, confundiendo al chico a su lado.

—¿Qué te está pasando, Tae? —cuestionó. —Primero preguntas si debemos ir, y ¿luego sales con que no irás?

—Cuando termine la predicación, te explico, ¿sí? —susurró, al sentir la mirada del pastor sobre ellos.

Luego de recibir las despedidas de la mayoría de las señoras de la iglesia; madres de hijas solteras a quienes les interesaba buscar yerno, salió bufando y limpiándose las mejillas, por tantos besos.

—Viejas de mierda —masculló, riéndose internamente por su afán con elogiarlo e intentar emparejarlo con sus hijas. —Si supieran.

—¿Si supieran qué? —preguntó Namjoon, llegando por la espalda, envolviéndolo con su brazo por los hombros.

—Nada... estaba pensando en voz alta —dijo, haciendo un gesto con su mano.

—Entonces... ¿qué es lo que estás tramando ahora? —preguntó, pues ya lo conocía. —No vas a meterme en problemas, ¿o sí?

—Nah —hizo un mohín. Lo apartó un poco más de la entrada del templo, para evitar que algún chismoso los oyera. —Bien, está esta... chica —mintió fluidamente, sin contraer ni un músculo de su cara. —Me gusta, hemos estado hablando y enviándonos mensajes por un tiempo...

—Ajá —el interés creció en Namjoon.

—Pero... mis padres no saben nada y los de ella tampoco —detalló. —La cosa es... que, con algunos amigos en común, de la escuela, planeamos una salida este fin de semana... algo tranquilo, íntimo —se encogió de hombros, aun con el peso del brazo de su amigo sobre éstos. —Y es mi oportunidad para hablar con ella, no sé... tal vez le pida salir.