Filofobia #1 |+18|

Se llama chantaje.

Capítulo 4:

Jazmín.

El ruido de voces gritando y de la música alta que venía desde abajo me despertó.

Cogí mi móvil medio dormida y miré la hora; 4:21Am. ¿Que coño está pasando abajo?

Salí de mi cuarto en pijama y descalza. Me asomé a la escaleras y allí se escuchaba la música aún más alta.

Fui bajando los escalones cruzándome con varios extraños. Busque a Giovanni pero no lo encontré, en cambio vi a Marco a los lejos en el jardín.

Me acerqué hasta el que no estaba solo, estaba con una chica encima de él y varios chicos al rededor.

-¿Se puede saber que coño te pasa? Son las cuatro de la mañana- dije cuando estuve lo bastante cerca como para que me escuchara.

Al llegar vi como uno de los chicos escondían una bolsita que había en la mesa donde estaban todos apartados de los demás.

Marco me miró desde donde estaba sentado con la chica encima.

-Bonitos pantalones- dijo uno de los que estaban allí sentados.

-Camillo, supongo que no quieres perder los dientes- le dijo Marco -Ni la mires.

El tal Camillo volvió la vista a su copa y Marco volvió a mirarme. Esta vez se levantó, me agarró del brazo y no paró hasta que encontró una zona en donde estuviéramos a solas.

-¿Que haces bajando así?- preguntó mirándome de arriba abajo.

Me reí.

-¿Te ríes?- preguntó -¿De verdad eres consciente de cómo vas vestida?

-Si, en pijama.

-¿Pijama? Eso parece unas putas bragas, Jazmín.

-Bragas o no, no tienes ningún derecho a decirme como debo o no vestirme y menos en mi casa.

-¿Tu casa?- ahora de rió el -¿O la de mi padre?

-Mi casa. Por que te recuerdo que tu padre y mi madre están casados y que tú y yo ahora somos hermanastros.

-Si, ya se que se casaron. Fue a la mejor boda que he ido en mi vida- dijo acercándose a mi acorralándome contra la pared -¿Sabes lo que más me gustó?

-¿Los votos?- me hice la loca.

-El polvo que echamos en el baño- apoyó una mano en la pared al lado de mi cabeza, mientras que la otra la posaba en mi muslo.

-No se de que me hablas.

-¿No? Yo creo que si- deslizo su mano hacia arriba.

Le quité la mano de un manotazo y lo empujé.

-No va a volver a pasar. Tú y yo ahora somos familia y esto no puede volver a pasar.

-Que yo sepa no compartimos sangre.

-Pero si padres y casa.

-Tienes dos opciones- volvió a acercarse a mi -o dejas que te folle. O se entera tu madre y mi padre de lo que paso en su preciosa boda.

-Eso se llama chantaje.

-Se llama elección- me corrigió.

-No voy a follar contigo y menos en la casa donde duermen nuestros padres.

-Ahora no están. Y no estarán en un mes entero. Podríamos aprovechar ese tiempo.

-A ver si lo he entendido bien... ¿Me estás diciendo que sea tu juguete sexual hasta que nuestros padres vengan? Y después ¿Que? ¿Volvemos a ser hermanastros como si nada hubiera pasado?