Cuándo, dónde y el qué y allí nos vemos.

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Capítulo 36:

Jazmín.

Por la pequeña ventana que había en el sótano, vi a Carla y Giovanni besándose. No se que sentí en aquel momento, pero no era felicidad, de eso estaba segura.

Se me erizó la piel cual la mano de él fue hasta el culo de mi mejor amiga. Dejé de mirar cuando Marco empezó de nuevo a chillar.

Llevaba días con dolor de cabeza a base de pastillas y aún así, me seguía doliendo y los gritos de Marco no ayudaban. Seguía sin creer a Alejandro y seguía exigiéndole que dijera la verdad.

Si Alejandro mentía, no lo sabríamos. Estaba muy tranquilo y se supone que cuando mientes, te pones nervioso. Alejandro no estaba nervioso. Yo me fijaba en cada movimiento, en cada palabra y en cada mirada. No estaba mintiendo.

-¡Me tienes hasta la polla!- le gritó Marco.

Pasé por el lado de Marco y sin mirarlo salí del sótano hasta la única habitación donde podíamos descansar. Allí cogí la caja de pastillas y cogí una. La cabeza me reventaría en breve.

-¿Sigue doliéndote?- escuché la voz de Marco detrás de mi.

-Si. Y que te pases el día gritando no me ayuda.

-Perdona, es que este hombre me saca de quicio.

No quería estar mucho tiempo a solas con Marco, no podía. Si lo estaba, entonces terminaríamos liándonos y hasta que todo se solucionase no quería que nada pasase entre nosotros. Cualquiera de nuestros padres podría ser el asesino de nuestras madres.

Salí de la habitación y bajé las escaleras de nuevo con Marco pisándome los talones. Entramos en el sótano y me puse delante de Alejandro.

-¿Como se que no mientes?- pregunté.

-No puedes- contestó -tendrás que confiar en mi.

-¿Confiar en ti?- Marco soltó una carcajada y lo miré -No me jodas ¿En serio?

Lo encaré desde mi altura y me sostuvo la mirada.

-Tu confías en tu padre ¿No?- Asintió -pues yo confío en el mío.

-No es lo mismo. ¡Jazmín, joder! ¡Este tio fingió su muerte y te dejo sola! ¡Abre los ojos, solo te está engañando!

Lo ignoré haciéndome un pequeño masaje en la sien con los dedos. El dolor que tenía era insoportable. Marco volvió a gritarle a Alejandro y yo me quedé tras el.

Giovanni apareció en el sótano y se acercó q nosotros. Hice como si no me hubiera dado cuenta y observé a Marco.

-Que me digas la puta verdad- insistió Marco.

-¿Cual verdad? ¿La de que tu padre mató a tu madre? ¿Esa verdad?

Marco perdió la paciencia y acabó dándole un puñetazo a Alejandro. En ese momento me metí en medio y miré a Marco. Me estaba empezando a tocar los cojones. No tenía ningún derecho a pegarle.

-Si lo vuelves a tocar...- susurré apuntándole con el dedo.

-¿Que harás?

Pensé unos segundos. No podía amenazarle con muchas cosas. Conmigo ya no valía y no tenía nada más que le importase tanto... su coche.

-Te quemo el coche.

Escuché la risa de Giovanni pero lo ignoré. Mi mirada seguía clavada en la de Marco y la suya en la mía. Desafiándonos el uno al otro.

-Llevároslo de aquí- ordené sin apartar la mirada.

Marco no se opuso y se fue. Supongo que estaba harto de estar allí sin obtener la respuesta que el quería.

Filofobia #1 |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora