Filofobia #1 |+18|

Suerte con eso.

Capítulo 16:

Jazmín.

Mientras que Marco hablaba con Giovanni, yo aproveché para irme al spa del hotel. Algo bueno tenia que tener todo esto. Lo puse a nombre de Marco D'Angelo y lo cargaron a su cuenta.

Me metí primero en una de las saunas que había. Allí me tire unos diez minutos sudando. Luego me fui a una piscina llenas de chorros. Nadé un rato por toda la piscina, relajándome sin pensar en nada. Y cuando vi que no había nadie en el jacuzzi me fui allí.

Allí fue cuando desconecté por completo. Hasta que sentí una mano en uno de los mulos y abrí los ojos asustada. Vi a Giovanni con una sonrisa y me volví a relajar.

-Estas muy mona con el gorro.

-Viva la ironía- me reí.

-¿Sabes que he estado pensando?- preguntó moviendo su mano por mi muslo.

-¿Que?- me estremecí.

-No paro de pensar en cómo sería estar dentro de ti- me susurró.

Inconscientemente abrí las piernas y permití que empezase a tocarme. Puse mi mano en el asiento para aguantar sentada y Giovanni empezó a follarme con los dedos.

Con la otra mano agarró mi mejilla y me besó mientras aceleraba el ritmo y se tragaba mis gemidos.

Me agarré a su cuello cuando sentí que llegaba al límite. Giovanni aceleró aún más y eso fue lo que hizo que me corriera allí mismo.

-Te pediría que vinieras a mi habitación, pero supongo que a tú hermano no le hará gracia.

-Tenemos la mía.

-¿Y que hacemos aquí? Vámonos- dije cogiéndolo de la mano y saliendo del agua.

Salimos del spa riéndonos y nos montamos en el ascensor. Giovanni le dio al botón de su planta y después volvió a besarme hasta que las puertas se abrieron y tiró de mi hasta fuera.

Andamos por el pasillo agarrados de la mano, pero al llegar a su puerta, estaban los hombres de Marco.

-Marco la busca- le dijeron a Giovanni.

-Pues infórmale de que está conmigo, sana y salva.

-Ha ido a buscarla al Spa y no estaba. Quiere verla.

-Leandro. Déjame en paz. Dile que luego va- Giovanni abrió la puerta y me dejó entrar a mi primero.

Cuando nos tumbamos en la cama seguíamos mojados. Y no sólo por causa del agua.

Empezó a quitarme el bikini poco a poco hasta que quedé completamente desnuda ante el. Giovanni no era Marco y eso lo noté en cuanto lo toqué.  No tenía mal cuerpo ni mucho menos, pero no era el.

Igualmente aparté ese pensamiento y me concentré en Giovanni que me estaba besando el cuello.

Gemí cuando se me restregó. Le bajé el bañador y me fijé en su miembro duro. No pude evitar compararlo con el de su hermano. No es que la tuviera pequeña, de hecho, era del tamaño normal.

Se acercó a la mesita de noche y cogió un condón, en ese momento la puerta sonó.

-¡Joder!

-¡LEANDRO VETE A LA MIERDA!- gritó Giovanni.

-¡ABRE LA PUTA PUERTA, GIOVANNI!- gritó Marco desde fuera.

-¡LÁRGATE!- grité.

-¡NO ME HAGAIS TIRARLA ABAJO!