Tienes mi palabra.

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Capítulo 15:

Marco.

-No, Olivia. Aún no se como entraron. Y ella no sabe nada. Bueno solo le conté lo nuestro no lo de su padre.

-Mejor. Aún no tiene por qué saberlo. Sigue siendo una niña- dijo Olivia al otro lado del móvil.

¿Niña? Pues madre mía como folla la niña.

Miré a Jazmín que seguía durmiendo entre las sábanas blanca. Desnuda.

Desvié la mirada cuando noté que se me ponía dura.

-No es una niña, Olivia. Dentro de poco cumplirá dieciocho años. ¿Cuanto piensas ocultarle la verdad?

-Tanto como pueda. Tú solo ocúpate de que no le pase nada. Prométemelo, Marco. Pase lo que pase: prométeme que cuidarás de ella.

¿A que coño venia eso? Parecía una súplica. Como si supiera que algo malo iba a pasar y quisiera tenerlo todo bajo control antes de que pase.

-Ella es a quien quiere. Y se que eres el único capaz de mantenerla con vida. A nadie le daría la vida de mi hija más que a ti- sonaba desesperada- prométemelo, Marco.

-Te lo prometo. No dejaré que se acerque a ella. Hai la mia parola.

(Hai la mia parola = tienes mi palabra)

-Nos vemos dentro de poco. No le digas que hemos hablado- dijo antes de colgar.

Entré a la habitación donde Jazmín seguía durmiendo y cerré la puerta de la terraza para que no le entrara claridad.

Salí de la habitación y en la puerta me encontré a Matteo, quien hacía guardia con Leandro. Mis dos hombres de confianza.

-¿Sabéis algo?- entorné la puerta.

-La buscaban a ella- afirmó Matteo.

-El dio la orden- continuó Leandro.

-Pues ahora la doy yo; Lo quiero muerto. Y lo quiero ya.

-Como mande.

-Y quiero reforzar la seguridad en casa. Quiero el doble de cámaras y el doble de hombres al rededor. Ese cabrón no se acercará a Jazmín.

-Si, jefe- dijeron a la vez.

-¿Donde está mi hermano?- pregunté.

-Esta al tanto de todo. Se hospeda en este mismo hotel, pero en una habitación normal- me informó Matteo.

-Dile que venga a verme cuando pueda. Tenemos que hablar.

Volví a entrar a la habitación y Jazmín no estaba en la cama. Escuché de fondo el sonido de la ducha. Abrí la puerta del baño sin hacer ruido y la observé mientras se enjabonaba el pelo y después el cuerpo.

Se me volvió a poner dura al instante y solté un suspiro cuando le aclaró con el agua y empecé a tocarme por encima del pantalón.

-¿¡QUE HACES!?- gritó -¿¡ME ESTOY DUCHANDO!?

-Ya te veo, joder.

-Eres un pervertido. Sal del baño.

-No hay nada que no haya visto ya.

-¡INTIMIDAD, MARCO. INTIMIDAD!

-De eso no tendrás conmigo.

Jazmín suspiró dándose por vencida y se lio la toalla al rededor del cuerpo antes de salir de la ducha.

-Ni se te ocurra vestirte- advertí.

-No, si quieres me quedo desnuda todo el día.

-Eso es lo que harás.

Filofobia #1 |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora