Don't forget about me.

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Capítulo 23:

Jazmín.

-¡MAMÁ!- grité. Pero no contestaba.

Abracé a mi madre quitándosela a Adriano de sus rodillas poniéndola en las mías. No quería que nadie la tocara.

-Mama...- lloré en su pecho- mama contéstame. Por favor...

Suplique y suplique, pero no obtuve respuesta. Entre mis brazos sostenía el cuerpo de mi madre sin vida.

-Por favor... aún me queda mucho que contarte... ¡NO PUEDES DEJARME!- la zarandeé. Como si así fuera a despertar- me quedan muchas cosas por vivir y tú tienes que estar en todas ellas...- mis lágrimas caían en su pecho- Tienes que abrir los ojos... ¡TIENES QUE ABRIRLOS! ¡ÁBRELOS!

Unos brazos intentaron levantarme del suelo, pero yo me aferré al cuerpo de mi madre. No quería soltarla.

Gianna se arrodilló a mi lado y me abrazó- Déjala Marco. Necesita despedirse de su madre.

Mentalmente se lo agradecí.

-Quiero estar sola- susurré.

Gianna fue a levantarse pero la agarré del brazo para que ella no se fuera.

-Necesita estar sola- dijo por mi -creo que al menos le debéis eso.

No me hizo falta mirar para saber que todos menos Gianna salieron de aquella cocina donde habían matado a mi madre.

Acaricie la cara de mi madre una y otra vez sin parar de llorar. La persona que más quería en el mundo había muerto en mis brazos.

-Jaz...

No dije nada.

-Se que no quieres dejarla... pero creo que no te viene bien estar aquí mucho más tiempo.

-No.

-Jaz...- puso su mano en mi espalda -Es mejor que te quedes con los mejores recuerdos que tienes de ella.

-No quiero recuerdos... ¡NO QUIERO QUE MI MADRE SE CONVIERTA EN UN RECUERDO!

Dolía. Joder si dolía. Quemaba. Me abrasaba.

Era consciente de que no podía estar mucho más tiempo aferrada al cuerpo sin vida de mi madre, pero aún no quería soltarla. No podía.

Pero no me quedó otra que soltarla cuando unos brazos fuertes me cogieron por la cintura y me levantaron del suelo. Unos brazos que conocía a la perfección.

-¡DEJAME, JODER! -grité llorando- ¡NO VOY A DEJARLA AHÍ TIRADA!

-¡NUNCA PERMITIRÍA QUE SE QUEDASE AHÍ TIRADA!- gritó Marco.

-Quiero estar con ella... por favor...- le supliqué.

-Bimba... - su voz no era igual a la de siempre. No era fría sin sentimientos -No puedo dejar que sigas tirada en el suelo al lado del cuerpo de tu madre- subió la escaleras y cuando pensé que me dejaría sola en mi habitación, entramos en la suya- pero escúchame- me sentó en la cama y acunó mis mejillas en sus manos- te prometo. Te juro. Que no la dejaré ahí y que tendrá la mejor despedida que le podamos dar.

No le contesté. Lo único que podía hacer era mirarme la camiseta y las manos que las tenía cubiertas de sangre. Sangre de mi madre.

Mi ojos seguían derrochando lágrimas sin parar y empecé a temblar mientras me frotaba las manos intentando deshacerme de esa sangre.

Filofobia #1 |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora