Capítulo 21

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CAPÍTULO 21

Flor

Estoy realmente emocionada de que todos hayan disfrutado mi comida. Es realmente gratificante, de verdad. Esta es una comida típica de la región y me llena de orgullo que les haya encantado.

Después de recoger, hemos metido todo en el lavavajillas y cada uno ha colaborado para ordenar.

He logrado dormir bastante bien, pero no he dejado de pensar en él. No hemos intercambiado palabras durante todo el día y sus palabras siguen resonando en mi cabeza...

De repente, el sol se oculta y comienza a llover. La mayoría de ellos se ha ido a jugar videojuegos en el salón, organizando algún tipo de campeonato. Yo, por mi parte, he pasado la tarde tumbada en la cama, leyendo mi libro en la habitación de James y Nic. Mi amiga se ha integrado perfectamente con ellos, pero los videojuegos no son lo mío.

También he hablado un rato con mi mamá. Me ha contado que todo va bien por allá y demás. La verdad que ha hablado más que yo y sinceramente no recuerdo ni la mitad de cosas que me ha dicho.

Miro mi teléfono y ya casi son las 8 de la noche. De repente, alguien llama a la puerta y me pongo un poco nerviosa. ¿Será él?

—¿Sí? —pregunto con un nudo en el estómago.

—¿Se puede? —es Nate.

No sé por qué pensé que vendría Ed a tocar la puerta. ¿Qué sentido tiene eso?

—Sí, claro, pasa —respondo, incorporándome.

—Hola —dice él, entrando.

—Dime.

—Me voy en dos horas —me dice, cruzando las manos detrás de su espalda.

—Oh, pensé que te ibas mañana por la mañana —expreso confusa.

—Sí, pero vi que hay un bus que sale en dos horas, así llegaré allí por la mañana.

—Ah, claro —respondo, sin saber bien qué decir.

—¿Quería saber si quieres salir a comer conmigo antes de irme? —pregunta.

—Eeemm, sí, claro, ¿ya?

—De ser posible —dice riéndose y mirando la hora.

—Claro, voy a pedirle a Nic que me preste algo de ropa y bajo en quince minutos —le indico.

—Seguro, te espero en el salón —dice alegremente.

Nate sale por la puerta. Me gusta la idea de poder salir a comer con él y no perder esta buena energía entre nosotros.

Llamo a Nic. Aunque está abajo, no tengo ganas de bajar. La casa es enorme y, entre ir y venir, perdería mucho tiempo.

—Dime —contesta ella.

—Préstame ropa, voy a salir a comer con Nate —digo, levantándome y dirigiéndome a su maleta, que ha traído hoy. Parece que tiene planes de instalarse aquí, ya que ha traído casi todas sus pertenencias.

—Claro, sabes que no tienes que preguntarme —responde, sé que diría eso.

—Gracias, ya estoy tomando algo —me río.

—¿Eres tonta? ¿Por qué preguntas entonces? —ella también se ríe del otro lado— Ponte guapa.

—Ajá, bueno, gracias.

—De nadaaaa.

Cortamos la llamada. Ahora es momento de arreglarme y disfrutar de una buena cena con Nate.

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