Capitulo 12.

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Luis.

La cagué, soy un idiota ¿Cómo pude ser capaz de decirle algo así?, Bufé y me senté en el sofá, debía pedirle perdón pero no sabía cómo, el sonido de la puerta abrirse me sobresalto, me levanté y fui con la esperanza de que fuera ella, pero no, era Alex.

—¿Que sucede Micky?—.

El bajo junto a mí, nos sentamos en el sofá y le conté todo lo que había sucedido, el me miró enojado, me lo esperaba, después de todo deniz era como su hermana.

—Eres un pendejo Micky, tu más que nadie conoce a deniz y aún así le dijiste todas esas cosas—.

—Si lo se y me arrepiento hablé sin pensar y no me di cuenta de mis palabras—.

Pensé que en algún momento el me golpearia, pero no lo hizo.

—Debes pedirle perdón, porque ella no vendrá, ¿Quieres que acercarla a ti o alejarla? Por qué por lo que veo haces cosas que la alejan más de ti—.

—Obviamente tenerla cerca de mí—.

Alex me miró.

—Ve y disculpate con ella, bueno ahora no porque es tarde y no sabes dónde esta...mañana—.

—¿Y si no me quiere ver?—.

—Micky, has todo lo que tengas que hacer, pero disculpate carajo—

—Gracias Alexcito—.

Lo abrace pero el trato de safarze.

—Ya sueltame cabrón, solo fue un consejo—Se separó de mí—Ahora iré a dormir descansa—.

—Descansa—.

Alex me dio una palmada en la espalda y se fue a su habitación, me levanté del sofa y me serví un poco de whisky y tome el vaso, camine hacia la ventana que tenía ni habítacion, la vista era hermosa, era una noche negra, me recordaba a los profundos ojos de deniz, hermosos pero misteriosos a la vez.

Le di un sorbo al vaso, sintiendo como aquel líquido de color amarillento, bajaba por su garganta dejando la sensación de acidez en bajar en su garganta.

Deje el vaso en aquella mesa, saque mí camisa quedando solo en unos pequeños pantalóncillos, la noche era un poco calurosa.

Deniz.

Estaba en un hotel, no tenía nada conmigo, lo único que traia era mí bolso, mí ropa y mis demás cosas se habían quedado en la casa de mícky.

Era un hotel no tan lujoso, sabía que si me quedaba en un hotel de 5 estrellas, Luis sería capaz de buscarme en cada uno de ellos.

La habitación no estaba nada mal, debía ir por mis cosas cuando Luis no esté, suspiré y me senté al filo de la cama, ni siquiera sabía cómo lo iba a hacer si no tengo el número de Alex.

Me saque la ropa quedando solo en ropa interior, talves mañana iría en la mañana, sabía que Luis iría a trabajar sería una buena opción.

A la mañana siguiente.

Me levanté ya que el sol me alumbraba y se iba, me levanté, hoy debía ir a la casa de Micky y traer mis cosas si ¡Vamos deniz tu puedes!.

Mire la hora en aquel reloj que estaba en la pared, marcaba las nueve de la mañana, por lo de ayer supuse que no estaría, bien esta es mí oportunidad.

Tome mí ropa nuevamente y me vestí lo más rápido que pude, tome mí bolso y me recogí el cabello en una coleta.

Corrí por los pasillos del hotel ganándome las miradas de todos, baje a la recepción y ella me miró.

—¿No comera nada señorita?—.

—No gracias—.

Tome un taxi que para mi suerte pasaba por allí, dirigiendome a la casa de Luis Miguel.

[...]

Mire aquella casa y los nervios se apoderaron de mí, trague grueso, debía entrar por mis cosas, además no había ningún auto de los choferes de Luis Miguel, así que me relaje entrando.

—¡Alex! ¿Estás?—.

Grite bajando las escaleras, supuse que Alex estaría aqui.

—Deniz...—.

Su voz hizo que la piel se me erizará.

𝘾𝙪𝙡𝙥𝙖𝙗𝙡𝙚 𝙤 𝙣𝙤-𝙇𝙪𝙞𝙨 𝙈𝙞𝙜𝙪𝙚𝙡 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora