Lily se preguntaba cuanto duraría el efecto del hechizo y esperaba ya estar en su destino cuando este pasase, porque no dudaba que Neville iba a gritar y los pondría en evidencia. Claro que todo aquello la había dejado con los pelos de punta, no sabía quién más ya se esperaba que ellos estuviera afuera, su mayor miedo era encontrarse a McGonagall en la puerta y no poder entrar, pensaba eso mientras caminaban de puntitas para no hacer ruido.
Al pie de la primera escalera, divisaron a la Señora Norris.
-Oh, vamos a darle una patada, sólo una vez -murmuró Ron.
Lily siempre había querido hacerlo pero su amor por los animales mágicos no se lo permitia... pero esa gata no era un animal mágico.
Harry negó, mirando a Lily con severidad pues conocía esa expresión de sobra.
Al pasar al lado de la gata esta miró en su dirección, casi como si pudiera verlos pero eso era totalmente imposible.
Unos pocos segundos más tarde estaban allí, en el pasillo del tercer piso. La puerta ya estaba entreabierta.
-Bueno, ya lo ven -dijo Harry con calma-. El profesor Snape ya ha pasado ante Fluffy.
Lily bajó la mirada contrariada porque su mayor miedo cada vez se volvía más real, pero estaba decidida, aunque pasar enfrente de esa cosa la matase de miedo, iba a hacerlo para por fin darle frente a su padre y preguntarle todo lo que quería saber. Pero notó como todos dudaban de entrar, tenían la tan ansiada puerta enfrente pero nadie se movía.
-Si quieren regresar, no se los reprocharé -dijo Harry, mirándolos aún debajo de esa capa-. Pueden llevarse la capa, no la voy a necesitar.
-No seas estúpido -dijo Ron.
-Vamos contigo -dijo Hermione
- Te respaldamos, Potter -Lily alargó el brazo y golpeó el hombro del moreno, Harry sonrió un poco, se notaba el alivio en su rostro de no tener que pasar por todo eso solo.
Harry empujó la puerta. Cuando la puerta crujió, oyeron unos gruñidos. Los tres hocicos del perro
olfateaban en dirección a ellos, aunque no podía verlos.-¿Qué tiene en los pies? -susurró Hermione.
-Parece un arpa -dijo Ron.
- El profesor Snape debe de haberla dejado ahí para atontarlo -dijo Lily.
-Debe despertarse en el momento en que se deja de tocar -dijo Harry-. Bueno, empecemos...
Harry sacó una destartalada flauta de su bolsillo, decidido a tocarla. Lily lo detuvo.
- ¿Espera, sabes tocar esa cosa?
- Osea no mucho, pero ¿qué tan difícil puede ser?
Lily sacó de su bolsillo la armónica, siempre la llevaba con ella y practicaba cuando se aburría.
- Déjame esto a mí -le susurró. Lily no estaba tan confiada pero de repente recordó la nota que le había dejado albus cuando le regaló la armónica por navidad "A tu edad tocar un instrumento puede salvarte la vida". ¿Acaso a eso se refería?
Lily no se preguntó por qué Dumbledore sabía que iba a usarla en un caso así, pero que el director confiara en ella fue suficiente para que comenzara a entonar una de las dulces melodías que tanto había ensayado en sus pocos tiempos libres. Empezaba con un Mi y se deslizaba hacia un La, terminando en un Do sostenido y seguía... Pronto el gran perrote comenzó a tambalearse, cerrando los ojos y cada una de las cabezas bostezando a la vez. Sin que Lily tuviera que hacer mucho, el ser se dejó caer frente a ellos, con una respiración pausada y tranquila.
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Los mellizos Potter Y La Piedra Filosofal
FanfictionTodos conocen lo que pasó en casa de los Potter el 31 de Octubre de 1981 en el valle de Godric pero no todos saben lo que ocurrió después... Lily y James Potter se casaron poco después de terminar sus estudios en Hogwarts y tuvieron dos hijos: Harry...