capítulo 11. Lily y James

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-- viejito traidor -murmuro con enojó y fulmino al director de hogwarts pero este sólo le sonrió.

Después de varios minutos en un silencio incómodo para Severus y Lily (porque Albus estaba más fresco que una mandrágora), decidieron pedir algo de picar antes de regresar a la mansión.

Lily pidió: pasteles en forma de caldero. Albus: bollos de Bath. Y Severus: Whisky de fuego.

Lily comía animadamente sus pasteles pero preocupada porque sabía que al llegar a casa Severus la castigaría y le diría a Narcissa el castigo para que Lily lo cumpliera. Los pensamientos de Lily fueron interrumpidos por el hablar de una persona (más bien tartamudeo)

-- di-director Dum-Dumbledore -tartamudeo un tipo que a Lily le parecía extraño ( un gran turbante púrpura sobre su cabeza, ojos de color azul pálido, piel pálida).

-- ¡profesor Quirrel! -Exclamo con euforia el director de hogwarts- es un gusto verlo por aquí.

-- ig-igual-m-men-te -tartamudeo este.

«No es bueno...» susurro la voz que ayudaba a Lily en sus momentos de angustia «es malo...»

-- Lily el es el profesor Quirrel te enseñara defensa contra las artes oscuras en hogwarts -le explicó Albus a la pelirroja que tenía cara de: "¿quien carajos es este tipo?". Pero apenas el director de hogwarts dijo eso una sonrisa divertida se formo en los labios de la pelirroja.

-- uhhhhh, alguien no consiguió el puesto este año -dijo refiriéndose a su padre-- bueno, no me sorprendería que tampoco lo consiguiera el año que viene, ni el próximo, ni el siguiente del siguiente, ni el siguiente del siguiente del siguiente, ni el sig... -Severus, avergonzado, tapó la boca de su hija con una mano.

-- ya entendimos Lily -dijo entre dientes, Lily mordió levemente la mano de su padre y este la soltó, fulminándola mientras ella lo miraba divertida

Albus pasó más de veinte minutos hablando con el profesor Quirrel, este de vez en cuando miraba de reojo a la pelirroja y ella le hacia muecas mientras no miraba, sacándole risas reprimidas al director de hogwarts.

Los azules ojos de Quirrel se enfocaron totalmente en la pelirroja cuando término su charla con Albus, su mirada era perturbadora en todos los sentidos, era cautelosa e inexpresiva, la miraba como sí esperará que algo pasará con Lily y pasó, la cicatriz de Lily, comenzó a quemar, era algo que Lily jamás había sentido, y era horrible.

-- ahhh-se quejó- pa... papá -murmuro mientras jalaba la manga de su padre, Severus bajo la mirada para ver a su hija y lo que vio no le gusto, estaba pálida, y tenía la misma mirada de dolor que tenía cuando la saco de la casa de los Potter- m...mi c...cicatriz qu...quema -le dio la espalda a su padre y se hizo el cabello a un lado para que Severus la viera. Mostró la radiante cicatriz en forma de rayo, Severus miro por todos lados para asegurarse que nadie estuviera observando e hizo que su hija escondiera la cicatriz.

-- ya nos vamos cielo, tranquila -susurro sólo para que su hija escuchara. Su voz ya no mostraba enojo, ahora era de total preocupación- bueno, nos vamos -dijo en voz alta, ahora su voz era fría- ¿nos vemos en hogwarts Dumbledore?

-- no, Severus, iré con ustedes. Bien profesor Quirrel -se dirigió a el pálido señor- supongo que lo veré en hogwarts -se dieron un jovial apretón de manos y fue tras su compañero de profesión y la pequeña pecosa.

El director de hogwarts y el profesor de pociones llevaron a la pequeña niña a la "Heladería Florean Fortescue". Se sentaron en una mesa en el balcón de la tienda y Severus pidió un helado para su hija.

-- ¿estas bien cariño? -pregunto paternalmente Severus.

-- sí, sólo fue un dolor

-- ¿segura? -la preocupación se notaba en el rostro se Snape padre. La niña asintió y Severus pudo respirar con tranquilidad nuevamente.

Los mellizos Potter Y La Piedra FilosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora