capitulo 14. disparates pelirrojos

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Severus pagó la mascota de su hija y salieron de la tienda de mascotas. Lily jugueteaba con su nuevo amigo, aunque aún no llegaran los poderes de Newt a ella le parecía igual de fascinante que una rata con ellos.

Caminaron hasta el caldero chorreante, donde estaban decididos a comer algo. Severus ordenó unas empanadas de calabaza para Lily y el sólo bebió Whisky de fuego.

-- Comete todo Lily -dijo Severus con el entre cejo fruncido, pero Lily negó, no tenía hambre, ella quería saber quién era el tal James- así que... ¿ya sabes de dónde vienen los hipogrifos? -y sin saberlo cometió un gaveta error.

-- sí papá, no olvides que leo mucho -dijo alzando la mirada.

-- bueno pero... pero el procedimiento de la abejita y la flor -hizo gestos muy graciosos con las manos.

-- emmm, no. El otro procedimiento -Severus abrió boca de par en par sin saber que decir, Lily sonrió con satisfacción, su plan estaba funcionando- el procedimiento de la abejita me parece un pobre intentó de los padres para alejar a los niños de la realidad -Severus estaba perplejo, abría y cerraba la boca sin saber que decir, su hija ya no era la bebe que había encontrado en el valle de Godric, ya había crecido, pero el no estuvo para ella...

-- esos... esos pensamientos son...

-- dignos de ti, papá, por algo soy tú hija ¿o no es así? - (como ya había mencionado antes, Lily podía llegar a ser igual de fría y manipuladora que su "padre")

Lily alzó una ceja, su mirada estaba clavada en la de Severus, y una sonrisa juguetona apareció en sus labios, sabía que eso no podría fallar.

Severus no pudo evitar estar nervioso, la única persona que sabía como ponerlo incómodo, nervioso y de más, era su hija, ella conocía su punto débil, ella sabía como hacer que el hablará.

Severus fulminó a su hija y Lily hizo lo mismo, se intimidaban el uno al otro, hasta que Severus se dio cuenta que no podía seguir así para siempre, y aunque no le gustaba mentirle a Lily (y además porque no sabía como mentirle a Lily), tuvo que mentir.

-- sí Lily, soy tú padre, no se porque tantas preguntas -dijo algo fastidiado pero consiente de su mentira.

La voz susurrante que Lily solía escuchar cuando alguien mentía en su presencia, no se hizo presente y eso fue un alivio para la pelirroja. Lo que Lily no sabía era que esa voz no se quiso hacer escuchar porque ese no era el momento para decirle la verdad.

-- no por nada papá -la mirada de Lily se suavizó y su sonrisa juguetona regresó.

-- vale, creo que ya es hora de irnos

Severus pago la cuenta y juntos salieron del caldero chorreante y regresaron al callejón diagon. Caminaron por el callejón diagon hasta llegar al "apartamento Snape" como lo había bautizado Lily.

-- Bueno Lily, como ya sabes tus tíos están de vacaciones, así que te quedaras conmigo tu ultima semana antes de entrar a hogwarts -dijo mientras se sentaba en el gran sillón y tomaba el periódico El Profeta entre sus manos, lo desplegaba y comenzaba a leer.

--oh, vamos papá sonríe, te quedaras una semana entera con tu tierna y adorable hija -Lily tomo los cachetes de Severus con sus manos y forzó a su padre a sonreír- hummm... creo que te ves muy raro sonriendo -soltó los cachetes de Severus y este se veía mucho mas enojado que antes- ese es el Sev que conozco, gruñón, molesto e iracundo -Severus con un solo gruñido de enojo hizo que Lily se alejara de el lo suficiente para fulminarla- que mirada tan tierna, si no te conociera diría que quieres matarme -ella sonrió y se fue directo a su cuarto.

Los mellizos Potter Y La Piedra FilosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora