Penitas

263 45 12
                                    

Para su mamá verlo con un rostro decaído no era normal. Sin pensárselo dos veces se acercó a su hijo y le habló:

-¿Qué te pasó Edgarito? -a la par que tomaba sus mejillas y le hacía levantar la vista hasta sus ojos- ¿Penitas de amor?

El rostro del Edgar de nuevo decayó y murmuró apenas;

-No sé.

Con tal respuesta, su madre comprendió al toke po oe.

-Ya sé -con voz animada buscó animarlo- ¿Qué te parece pal tecito esas galletas que tanto te gustan? Las voy a hacer con extra de amor.

Solo eso bastó para que una sonrisa reluciera nuevamente y le depositara un tierno beso en la frente a au madre.

-Ya, pero yo te ayudo.

-¡Ya pue! Tonce' hágale el favor a su mamita de ir a comprar margarina al kiosko de la Olga, ¿ya?

FIN
nah, e' bromi.

AcéptameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora