Cada día, Jennii se venía con Lucía y conmigo, ya que era a las únicas personas a las que había conocido hasta ahora. Poco a poco fue conociendo más profundamente al resto de la clase. Que si conocía a Marina, que si conocía a Marta, que si a Laura, que si a Cristina...Toda la gente de la clase A) parecía normal. Unos chicos y chicas normales y corrientes. Pero no. La clase estaba por una razón u otra, muy distanciada por decirlo de alguna manera. Había muchos grupos dentro de mi clase. Un grupo con 5 integrantes, otro grupo con 4, otro con solo 2, y así sucesivamente hasta que la clase estaba dividida por completo. Por decirlo de algún modo, Lucía y yo formabamos un grupo, en el cual yo no estaba agusto, pero Lucía creía que si. Y por tanto Jennii se unió a nosotras.
-Jennii -le dije al poco tiempo de llegar al instituto-¿Te puedo dar un consejo?
-Sii. Dime-dijo ella con cara de curiosidad.
-Solo te lo digo para que lo sepas, ¿vale? Mira, es que resulta..que..Lucía es..¡A ver como te lo digo!-me costó un poco decirlo,¿no?
-¿Qué pasa? Me estás poniendo nerviosa!!-advirtió ella.
-Que Lucía es muy falsa. Ya está. Yo te lo digo por experiencia. Es mejor que no te juntes mucho con ella. Por tu bien. Te lo recomiendo. Porque yo ya llevo muchísimo tiempo con ella, hazme caso y no me ha traído más que cosas malas. Malos ambientes. Pero tú haz lo que quieras. Yo solo te lo aviso, ¿vale?
-¿Cómo va a ser mala? Se le ve muy buena amiga. Me cae bien.-me dijo.
Eso la verdad es que no me gustó; para qué mentir. No estaba celosa. Sino que yo sabía que tarde o temprano, Lucía, esa niña rubia, repelente, criticona y muy mentirosa le iba acabar haciendo daño.
Yo se lo advertí. Ella no me hizo caso. Y al final, el tiempo puso a cada uno en su sitio. Lucía siguió criticando, jodiendo y demás. Jennii, se dio cuenta. Ahora recordaba las palabras que le dije. Que esa diabla era mala, rencorosa, envidiosa, jodidamente retorcida y amargada.