POR UNA PROMESA ETERNA ©[TERMINADA]✔️

41."Hoy es el día en el que se desvela a más ojos."

Mark

Me remuevo con inquietud entre las sábanas mientras intento dormir, pero es misión imposible.

El cúmulo de pensamientos que está experimentando ahora mismo mi cerebro no me deja hallar la tranquilidad suficiente para descansar.

Cada vez que cierro los ojos, mi mente se transporta a ese lugar... Al día en el que todo volvió a comenzar para volver a caer. Porque todo lo que he hecho nunca ha ayudado a nada, solo ha herido y perjudicado a personas que me han querido en algún momento.

Muevo la mano con desesperación para tocarla. Necesito asegurar que lo único que parece duradero en este calvario eterno está fuera de peligro.

Levanto mi cabeza en un movimiento rápido al no sentir su suave piel. El otro lado de la cama está vacío.

Giro sobre mi propio cuerpo y me apoyo en mis codos exhalando con fuerza. ¿Dónde está?

Me levanto de mala gana y salgo de la habitación para buscarla. La quiero conmigo en la cama.

Al primer lugar donde me dirijo es a la habitación de invitados donde dormía justo ayer. No me gustó para nada que hiciera eso.

Cuando le dije que se viniera a mi casa, no pensaba que entendía que era recibida aquí como un simple invitado.

Ella nunca ha sido una invitada, ella siempre ha estado incluida en todo.

Mi búsqueda no da sus frutos y camino algo desorientado por el pasillo.

Mi desasosiego se calma al escuchar su voz en la planta inferior. Bajo rápidamente y la veo pegada al teléfono con cara de extrañeza.

—No sé quién eres y por tanto voy a colgar —amenaza la rubia cabreada—. Te he dicho ya que no quiero entender nada.

—¿Quién es? —No puedo evitar preguntar.

Me mira e intenta disimular la sonrisa que la comisura de sus labios quiere mostrar. Se despega el teléfono de la cara y tapa el micrófono del dispositivo con la mano libre.

—Es una tal Paula que dice que ha estado contigo en Arkansas —dice y vuelve a centrar su atención en la llamada.

Aprieto los labios. Me ha llamado hace apenas unas tres horas, estoy ideando un plan con ella para poder avanzar un poco más en todo esto.

No creía que fuera a llamarla tan rápido, tenía miedo de soportar el enfado de Irina o algo parecido, lo cual es entendible a la perfección.

No pienso en lo que hago cuando le arrebato el móvil y me aseguro de que Paula sigue al otro lado de la línea.

—Paula, ahora te llamamos —digo sin dejar que responda antes de colgar.

Irina me mira perpleja y con los brazos cruzados.