50."Tenemos que hacer muchas cosas pendientes."

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Irina

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Irina

Nos miramos a los ojos con pasión. Besa mi hombro dejando un rastro húmedo sobre mi marcada piel blanca, que hace contraste con la que está más marcada, a la que el calor del sol todavía no ha afectado.

Sus dedos se deslizan por mis omoplatos hasta bajar los tirantes de mi sujetador. Besa la región del pecho que queda descubierta mientras yo acaricio su cuero cabelludo. Me quejo por el roce de sus labios en algunas de mis quemaduras.

Últimamente ha estado haciendo un sol horrible, a mi me apeteció pasar horas bajo el sol para que mi piel cogiera algo de tono... Mala idea.

—Cuidado —le pido en un suspiro.

Sus dedos bajan inquietos hasta los broches de mi sujetador, rompen su unión y me quitan la prenda en cuestión de una fracción de segundo.

No le tengo que indicar nada, siempre hemos sido unos perfectos amantes y nunca nos hemos preguntado. Simplemente dejamos que fluya, vivir el momento antes de quedarse pensando y no disfrutarlo.

Paso mis manos por su espalda mientras él saborea mis pechos sin prisa, pero con una intensidad que me hace jadear y empujar mi tórax hacia él. Le acaricio con el dorso de mis manos y su piel sufre un escalofrío por el frío del metal.

Sin poder resistirlo más, hago que libere mis pechos y cambio mi posición, girando mi cuerpo para darle la espalda. Me reacomodo entre sus piernas, hasta sentir la corona de su miembro rozando mi humedad. Me rodea con sus brazos mientras yo desciendo, gimiendo por la invasión.

—Muévete tú —me susurra calentando mi oreja—. Demuéstrame lo bien que me follas.

Suelto una risita tonta sin resuello mientras apoyo las manos en sus piernas, balanceando mis caderas de atrás hacia delante, mordiéndome los labios y disfrutando de los sonidos que emiten los suyos.

Sus dedos ahora juegan con mi pelo, soltándolo y agarrándolo en una coleta, estirando levemente. Gimo cuando acaricia las puntas de las largas hebras. Ha sido buena decisión dejarlo crecer hasta la cintura.

Sigo con mis movimientos mientras él va acercando las manos a mis caderas, comenzando su descenso por mi monte de venus. Mi respiración se agita cuando veo sus dedos ágiles abrir los pliegues de mi sexo. Acaricia mi clítoris de arriba a abajo con su dedo índice y suelto un gran gemido cuando aumenta la velocidad.

Peleo contra mis sensaciones para no correrme de inmediato. Noto como mis piernas se tensan y no sé de dónde saco las fuerzas para seguir engullendo su miembro.

Me agarra con más fuerza cuando noto su miembro endurecerse aún más en mi interior. Intento pensar en otras cosas cuando el primer chillido sale de mi garganta. Es inevitable, en menos de nada, explotaré como una olla a presión.

Una última caricia es el detonante de que mi cuerpo tiemble y se tense una y otra vez mientras mis párpados pesan y mi faringe arde en un gran gemido. Noto como él también estalla dentro de mí y sonrío.

POR UNA PROMESA ETERNA ©[TERMINADA]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora