El amor es un camino que te lleva a situaciones vergonzosas, a veces te ciega tan profundo que puedes confundir la amistad con el amor y a la vez destruirte a ti o a alguien más. Lee Suho fue uno de ellos, quien siempre llevaba una venda en los ojos...
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Suho no conocía del todo el nuevo Seojun, tal vez cambió un poco o no. No importaba si lo hizo, lo amaba tal y como se lo entregó el destino.
"«Pero desde cuando era tan...sexy...»"
No se quejaba, todo lo contrario, le es excitante. Su movimiento feroz de manos encima de su pantalón donde se empeña a jugar con sus nalgas. "Mgh..." Entre mordida a mordida en sus labios inferiores, mientras que el otro lamia el superior en cada estación que tenían contacto. "Se-eojunie" Están atrapados en su propio mundo, no quieren salir, donde todo era sobre ellos y que nada y nadie se interpondría. "Suho"
Aunque, no eran conscientes que era hora de irse del hospital.... Ya le dieron de alta a Lee Suho. A menos que quieran que el doctor los atrape o alguien más...
—Be-
No termino de pronunciar aquella palabra que lo volvió embriagante para Seojun, es nueva esas cuatro letras que lo sobre ponía únicamente en él, ya que por sus fervientes y bruscos toques en cada esquina posible que sus dedos podían encajar como una pieza perfecta en rompecabezas.
—Te quiero aqui—suelta un gemido al llevar una de sus manos del mayor hacia su centro, cuyo lugar no fue tocado por nadie, a parte de esas noches que se masturbaba pensando en él e imaginar esa mirada penetrante que le hacía temblar pero no de miedo sino de las ganas que tenía de balancearse y llevarlo a paso más fugaz posible para que lo penetrara hasta lo más profundo de su ser.
—Creo que es suficiente—le deja un pequeño beso en su frente.
—P-pero ¿porque? ¿Hice a-algo mal? —sus pequeños ojos de oso, se dilataron hasta dejarse caer una que otra gota salada—. No quiero que te vayas, no
—No, amor. ¿Qué pasa? No te asustes, estoy aquí ves, me estas sintiendo—le entrega un abrazo cálido con espera de que se sintiera en calma y transmitirle que no se irá de sus manos.
—Has estado lejos más de dos años—se entierra en su pecho y empieza a frotarse contra él para alcanzar a oler esa fragancia que desprendía—. Verdaderamente me sentí del asco todo este tiempo sin ti, pensé que si me vieras de-e nuevo, correrías o peor aún que te alejes de mí, más de lo que pudiste antes.
Seojun lo rodea con sus brazos y le acaricia la espalda lentamente.
En todos los años de su vida, nunca pudo imaginar que hubiera alguien que actuara así por amarlo, ni menos pensó que fuera Suho.
Su madre siempre le decía que en alguna parte de este mundo caótico, esa persona que lo amará más que nunca se encuentra esperándolo con los brazos abiertos para recibir su gran afecto, aparte de ella y su hermana.
En algunas ocasiones de su niñez pensó que podría ser cualquier niña de su salón...
