El amor es un camino que te lleva a situaciones vergonzosas, a veces te ciega tan profundo que puedes confundir la amistad con el amor y a la vez destruirte a ti o a alguien más. Lee Suho fue uno de ellos, quien siempre llevaba una venda en los ojos...
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—Es Heeyeon ¿tal vez sea urgente? —se preguntó el mayor.
—¿Que Heeyeon? amor —menciona el menor recorriendo suavemente desde su mano hasta el fornido hombro del mayor
—«M-me llamó ¿amor?» es una amiga mía, e-es larga historia—empezó a tornarse un color rosa en sus claros y brillantes pómulos del Seojun.
—Ah y ¿es tan larga que no me la puedes contar?—Suho se inclina más al mayor, dejándolo contra el moderado sillón azulino.
—si, no, quiero decir que si puedes pero no creo que quieras escucharlo—Tímidamente Seojun se encoge de hombros por como Suho se inclinaba más y más hacia él.
—Oh no, créeme yo si quiero escucharlo—susurra el menor en su oído y termina por darle un pequeño beso húmedo en aquel lugar.
Antes que nuestro querido ojos gatunos pudiera comerse a su amada y sensible presa a besos por ser seducido muy atrevidamente. El móvil no dejaba de sonar por más de unos minutos, entonces contestó aquella llamada, sin embargo Suho le quitó el celular y colgó inmediatamente antes que el mayor pudiera decir alguna que otra palabra.
—no contestes—dijo el menor bajando la mirada y pegando el móvil contra su pecho.
Seojun se acercó a Suho y lo abrazó tiernamente, mientras acariciaba cada uno de sus cabellos.
—De acuerdo no lo haré «Estás muy celoso y eso me encanta, es imposible que te suelte Lee Suho»—dijo el mayor al enterrar su rostro en aquel brillante cuello descubierto.
—¿Me contarás quién es ella verdad?«Me duele el corazón solo pensar que miras con esos bellos ojos tuyos a otras personas que no sea yo, es terrible»— amenaza mimosamente el menor, aferrándose más a ese cálido abrazo que desprendía paz y un dulce amor.
—Si, amor—sonrió Seojun al poder decir esas palabras que siempre quiso poder pronunciarlas desde sus propios labios y que todo no fuera solo un sueño como aquellos días grises que solo se lamentaba por no hacer definitivamente nada para atrapar su corazón antes que Jugyeong llegará en su vida.
—«¿amor?» Seojun... —dijo Suho al sentir como sus blanditas mejillas tornaron a subir la temperatura de ellas y luego optó por tomar su adorable cara del mayor entre sus manos.
