TREINTA Y TRES

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-Pero ¿como te sientes?- expreso Rose mientras le daba otra calada al porro.

-Yo... no lo sé, supongo que tengo miedo- expreso suspirando -Estoy feliz de que Jimin se lo quiera decir a mamá, pero no quiero que lo haga porque yo lo forcé.

-Se qué tal vez te sientas responsable, pero Jimin toma sus decisiones y hará lo que él desee... tú y yo lo sabemos.

-Pero aún así no se siente bien- expreso mientras agitaba su cabello y tomaba aquel porro de las manos de Rose y se lo colocaba en los labios -¿Y qué hay de ti? ¿Jungkook y tú?- cuestionó cambiado de tema.

Mientras Rose era quien ahora suspiraba.

-Me siento bien... pero aún así se siente incorrecto... han pasado varios meses, los días han sido horribles, pero él está aquí, sigue a mi lado sin importar que.,, y tengo miedo... era amigo de Jin, era mi amigo antes de todo... y el sexo... antes de tener sexo no creía que algo como eso era la gran cosa, pero Jin mierda, es como si fuera una maldita adicta, quizá también me siento culpable... porque no quiero perderlo.

Y la primera idea de Yoongi, fue que era incorrecto, pero después de todo aquellas conversaciones se basaban en no juzgar al otro, y estar ahí si uno de ellos se equivocaba.

-Aun así, se que no me ama... así no se siente el amor... y temo ser la que acabe por enamorarse.






-¿Podría hablar contigo?- expreso Jimin mientras se sentaba en la barra de desayunos.

-Claro cariño- comunico su madre mientras caminaba por la cocina aún ajetreada y mirando entre la especias para elegir una.

-Yo...- estaba nervioso y sentía que su corazón se saldría, pero aún así no quería sentir que llamaba la atención o que las cosas eran muy serias -Mamá... hay alguien que me gusta- pero con cada palabra que salía de sus labios, sentía que todo se volvía más difícil, tanto que podría empezar a llorar en cualquier momento.

-Oh, ¿hablas enserio?- cuestionó mientras una sonrisa se asomaba en sus labios, después de todo se sentía emocionada de que Jimin le hablara sobre algo como eso y más cuando durante los últimos meses la relación que tenía, en la que él muchacho le contaba todo parecía estar desapareciendo.

Porque ella había tratado de ser paciente, y no molestarlo, pero aún así se había sentido preocupada.

-¿Y es linda?- preguntó aún con una sonrisa.

-Él es el chico más hermoso que existe- y a pesar de que su madre había tratado de actuar normal y seguir con lo que hacía, había parado de golpe, mientras inevitablemente levantaba su mirada hasta su hijo, quien mantenía sus ojos llenos de lágrimas. Con la cabeza baja, sin saber cómo resultaría aquello.

-Deberías invitarlo a cenar- replicó ella cuando se acercó a Jimin, levantado su rostro y limpiado sus lágrimas.

-¿No estás molesta?- cuestionó aún sin poder dejar de llorar.

-Jimin... eres mi hermoso niño, mi hijo y estoy tan orgullosa de ti...- porque después de todos los meses de silencio, decir a su madre a quien tanto amaba, hacia qué las cosas fueran más simples, incluso cuando aún habían más cosas que decir, era como si el peso de sus hombros se hubiera rebajado, haciéndolo sonreír -Luces mucho mejor cuando sonríes de esa manera- manifesto tomado la mejillas del muchacho y apretándolas -Gracias por decírmelo.

Y por ahora era suficiente, por que quizá lo que sí acabaría siendo un desastre era revelar a la persona, por que su madre amaba con todo su corazón a sus dos hijos, pero cualquier a creería que todo lo demás era una atrocidad.

IRIDISCENCIA| +18| PJM|MYG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora