¿No lo aceptaré jamás? [ Final parte 2/2 ] [ Capítulo veintidós].

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Hoy por fin era sábado por la mañana, pues los primeros rayos de sol apuntaban a la cara del ojiazul, causando que semi-abriera los ojos. El día provocaba que Stan estase demasiado alegre, éste día y el de mañana, estaría en compañía sin parar con Kyle, haciendo cualquier cosa divertida, además de que lo que quedase de días libres sin sus padres estaría con él, lo llevaría a muchos lugares, ya lo tenía bien pensado.

No mentía, aún estaba algo dudoso sobre sus sentimientos, había veces en que se preguntaba mentalmente "¿No lo aceptaré jamás?". Finalmente no era tan fácil aceptar su lado homosexual, porque sí, también le seguían atrayendo las chicas, lo que quería decir que era "bisexual", ya que muchos creían que por el simple hecho de que te guste un hombre significa que eres totalmente gay.

Con bastante motivación el azabache se levantó de la cama y bajó las escaleras hasta la primera planta, una vez que entró a la cocina, pues ya tenía algo de hambre, se encontró con un pelirrojo de cabellos alborotados mientras tomaba una taza de café. Ambos se dedicaron una pequeña y tierna sonrisa.

-Buenos días, Stan -habló Kyle-. ¿Te sirvo café? -preguntó amablemente.

-Hey. Creéme que te lo agradecería, la cafetera esta demasiado lejos -dijo haciendo un mohín.

-HA, HA. Que gracioso, StaNIE -dijo remarcando las tres últimas palabra, acto seguido de tomar una taza con el logo de "Nirvana" de la alacena. Llenó la misma con el liquído y finalmente se la entregó al mayor.

-Oh, amo tanto ése apodo, me recuerda a una persona -pronunció llevándose la orilla de la taza a los labios. Cerca de el, pudo escuchar un pequeño gruñido por parte del judío. Era gracioso, el mismo lo había provocado.

-¡Olvídalo! ¿Quieres? Si tanto te gusta ése estúpido, guarro(?), y enfermizo apodo, vete con Wendy, seguro que estará feliz de volverte a llamar así -gritó algo enojado, pero, había dicho ¿guarro?, ahora Stan se preguntaba de donde sacaba esas palabras. Bebió otro sorbo de café y se acercó para besar la frente del pelirrojo.

-Tranquilo Kyle, era una broma, es que, sabes cuánto odio ese sobrenombre... pero, de tus labios se escucha maravilloso -le informó dándole un guiño. Provocando que en las mejillas ajenas, se volvieran rojas. Sonrió.

Desayunaron bastante tranquilos, siempre tenían algún tema del cual hablar, gracias a eso, no había silencios incómodos, así como en las películas de amor.

Al finalizar la hora del desayuno, se levantaron y ambos subieron las escaleras, dándose unos empujoncitos en el trayecto.

-Stan, ¿haremos algo hoy? -preguntó. Sólo quería saber para así arreglarse, sino salían, tenía pensado quedarse en cama hasta mañana.

-¡Claro que sí! Lo tengo bien pensado, esta última semana será la mejor para los dos, Kylie, ya verás -le frotó la cabeza y rió.

-Vale... entonces, creo que me iré a bañar y eso, deberías hacer lo mismo, Stan -miró al mayor. Plantó un beso en sus labios y corrió a su habitación. No estaba seguro si ya eran oficialmente "algo", por eso tenía cierta incomodidad al hacer algo cariñoso con él.

Stan asintió algo ruborizado por el corto beso, le encantó. Que tierno se le hizo verlo correr a su cuarto, suspiró estúpidamente y entró a su pieza. Se sacó la playera del pijama y entró al baño. Tomó una ducha de diez minutos, lo suficiente como para darle tiempo de cepillarse los dientes también. Salió envuelto en una toalla, tomó ropa casual, no era día de salir con sus fachas de gótico. Se cambió, peinó y se colocó los zapatos. Se paró frente al espejo, no se veía tan mal, un jean azul marino, polera gris debajo de una camisa de cuadros negra, su gorro de pompón y sus vans negras.

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