Los días pasaban como el viento, rápido y sin vuelta atrás. Desde aquel incidente, Stan no hablaba más con Kyle, más bien, ninguno de los dos se dirigían la palabra, aunque unos días el judío estuvo detrás del pelinegro para pedir perdón y explicarse, pero el azabache no se lo permitió, obviamente se terminó por cansar y dejar de buscarlo. Finalmente, la culpa la tenían ambos por mentirse y demás, no creían salir del hoyo.
El ambiente decía que el invierno avanzaba más, pues ahora todas las calles se inunandaban de nieve blanca y fría, en algunos casos nevaba, con el invierno se acercaban la festividades navideñas y el año nuevo, pero la verdad es que a Stan le daba lo mismo que día era y si moría. Nuevamente había vuelto a sus días de gótico, aunque ni siquiera sabía si los había dejado, siempre estaba en un estado melancólico. Prefería aislarse en la escuela o estar con Pete, Mike y los demás chicos. Las cosas cambiaban demasiado, así como las personas. . .
Kyle se rumoraba que salía con Arthur White, un chico de último año, Craig ahora pasaba más tiempo con Kenny, menudo hijo de puta, solo lo había querido de rato, eso creía Stan, la realidad no era esa, Tucker le había confesado sus sentimientos al ojiazul, pero el sólo se alejó del chico, Stanley tenía la culpa, y no era lo peor, seguía sin decidir su orientación sexual. Estaba siendo un caos, se drogaba, bebía, ¿Dónde estaba el chico maduro de antes? En la mierda, ahí estaba, podía salir cuando el quisiera, pero era un cabrón cobarde para hacerlo. Al ser esto ahora, las chicas seguían siguiéndole y llamadolo genial, ¿Acaso estaban locas?
Pegó un suspiro al oír la campana sonar haciendo que despertara de sus pensamientos, hizo a un lado su fleco y tomó su mochila para así dirigirse a la salida del instituto. Prendió un cigarrillo y lo llevó a sus labios para darle una calada acto seguido de exhalar el humo. Al bajar las escaleras de la salida, alguien llegó y lo abrazó por los hombros.
— Amigo, ¿Qué te ha pasado? Mírate, te desconozco por completo. — Habló el chico de parka anaranjada en un tono tranquilo y relajado.
— ¿Y me importa? Ahora, me largo, déjame. — Se zafó del rubio y salió corriendo pero antes de eso, lo tomó de la mano.
— Tú no eres así, Stan.
— Deja de joder, yo no te digo que dejes de actuar como una puta. — Le reprochó. El otro sólo quedó en silencio y desvió su mirada.
— No es porque, ni siquiera me acuesto con las personas.
— Pero haces algo parecido, es sexo oral Kenny, es prácticamente lo mismo que hacen las putas. — Antes de que el ojiceleste le contestara, el pelinegro le dejó con la palabra en la boca. Ya no quería hablar más, al casi llegar a su casa, corrió pero se tropezó con alguien haciendo que ambos cayeran al suelo.
— Coño, lo siento, ¿Estás bien? — Se puso de pie y al tenderle la mano a la persona desconocida se dio cuenta que era una chica que nunca había visto.
— D-Discúlpame a mí, venía distraída. — Sonrió algo apenada y tomó la mano del de contrario para empujarse a ponerse de pie. — Gracias. Bueno, me llamo Alexiane Briz. ¿Y tú?
— Stan Marsh. — Ladeo su cabeza. — No te había visto antes, ¿Eres de por aquí?
— Recién me mudé a South Park, vengo de Rusia. Pero, mayor parte de mi vida he vivido en Estados Unidos, por eso no tengo acento ruso. — Rió divertida. Entonces eso explicaba que la otra fuera pelirroja, realmente era bonita, media algo como 1.67, era de piel pálida con pecas y ojos grises, en tanto a su cuerpo era plana, y delgada. Sin embargo al chico se le hacía muy linda.
— Entiendo. Como sea debo irme, fué un gusto conocerte, pero mi madre me envió un mensaje de urgencia.
— ¿Dónde vives?
— Ahí, la 1089. — Señaló la casa de color beige con blanco y con un bonito jardín.
— ¡VAYA! Stan, seremos vecinos, vivo a lado. — Exclamó con emoción.
— Genial, entonces, nos vemos después. — Se despidió con la mano y se dirigió a su casa, al entrar se encontró con maletas en la entrada. — ¿¡Mamá!? — Llamó con un tono de confusión.
— Hola, Stan. Vamos de prisa, te he hecho ya tus maletas.
— ¿A dónde vamos?
— ¡RANDY MARSH! ¿Acaso no le dijiste a Stan? — Gritó su madre.
— Creí que lo habías hecho tú. — Respondió desde la cochera donde metía las valijas.
— Cabrón. Bueno, cielo, como sabrás, ya casi es el cumpleaños de Shelly, entonces prometimos llevarla a París, pero no quiere que vayas tú. . . Así que te encargamos con Sheila. — ¿Era una broma, no? ¿Quién dejaba a su hijo solo porque una se lo pedía? Vaya pendejada.
— Me niego.
— Es eso o te dejamos con tu tía. — Amenazó.
— No quiero irme a quedar con la Sra.Broflovski. — Estuvieron protestando hasta que a su madre se le ocurrió una pendejada más grande.
— Entonces Kyle se queda aquí, sé que él es de confianza, y ya no esta a discusión. — Sharon hizo una llamada al nombrado y su madre, los cuales aceptaron. — Kyle llegará más tarde, ahora, nos vamos, cuídate pequeño, nos vemos luego. — Y sin decir más, todos menos el ojiazul subieron a el auto, seguramente lo regresarían pues se irían en avión. Permaneció en el living en silencio por una hora y media, hasta oír la puerta, de mala gana se levantó y abrió la puerta encontrándose con el pelirrojo. Era simplemente estúpido, Stan tenía la edad suficiente para cuidarse solo.
— Aclaro que no quiero que te tomes esto en serio, sólo harás compañía y ya. — Puntualizó el gótico.
— Aha. — Dijo el otro mientras entraba a la casa y dejaba sus cosas.
[ Ops.~ El capítulo lo llevaba mis dedos, la wea.~ Bueno, mañana me voy de viaje y quizá no suba hasta el domingo. Espero que les guste y eso.
ESTÁS LEYENDO
¿No lo aceptaré jamás? |AUTOCORRECCIÓN| [ Style ] [South Park ] [ Yaoi ]
FanficPrólogo. Stan, un chico de dieciséis años, sereno, y maduro, aunque no del todo. Este no logra aceptar su lado homosexual con nadie, pues dice ser completamente hetero. Pero, ¿realmente qué harías si lo que tienes planeado no sale como lo creas? ¿...