Saturno - Melizabeth

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“En saturno, viven los hijos que nunca tuvimos...”

Mamá solía decir; En Saturno vive todo aquello que no podemos tener.

Sentía como mi corazón se rompía a medida que él tomaba sus cosas y las guardaba en su carro. Después de varias discusiones, después muchas lágrimas, después varias cosas rotas, ya habíamos firmado los papeles del divorcio. Ahora sólo quedaba que él se fuera e hiciera su vida una vez más, pero sin mi, y que yo de alguna forma lo superará, en algún momento lo haré... Supongo.

No quería que se fuera, pero tenía que dejarlo ir, aunque supiera que si lo hacía, una parte de mi se iría con él.

Meliodas es eso que ya no puedo tener, pero que deseo tener y no soltar. Me gustaría poder arrepentirme y decirle que no quiero que se vaya, pero ya es muy tarde para arrepentirme, supongo. Tengo que aguantarme a ir y no soltarlo, sé que no debo. Lo oigo suspirar y mirarme una vez cuando ya había terminado de subir sus cosas, probablemente buscando una señal de arrepentimiento en mi rostro, y si, si me arrepiento, pero debo ser fuerte y dejarlo ir.

No puedo amarrarlo conmigo toda la vida, debo dejar de ser egoísta.

—Adiós... —Susurre a la vez que veía cómo el carro desaparecía de mi vista. Hoy le digo adiós para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en él.