1.- Despertar

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Caía en el vacío, ¿Habría un final? ¿Moriría al tocar el suelo? La sensación de caer oprimía sus pulmones, hasta que, cuando creía que estaba a punto de morir.

-¡Ah!

El niño se sentó con un pequeño grito ahogado, respiraba con dificultad, cómo si acabara de correr una maratón. Sudando, se llevó la mano a la cara y un escalofrío recorrió su espalda al sentir su piel.

-¿Y mi bolsa?

Miró alrededor buscandola y parpadeó al ver una habitación, con dibujos de cohetes y de estrellas en las paredes.

El suelo estaba lleno de juguetes y el niño al mirarse a sí mismo, se dió cuenta de que estaba usando un suave pijama de astronauta.

-¿Eh? ¿Estoy en casa?

-¿Énas? ¿Te encuentras bien?- una bella mujer de mirada amable y cabello castaño apenas canoso entró a la habitación y se sentó en la orilla de la cama junto al niño, sonriendole le acarició la mejilla- ¿Otra pesadilla?

El niño asintió.

-¿Que fue ésta vez?

-E-Escapaba de monstruos que querían matarme, h-habia una horrible maestra, un doctor gordo y mucho más.

La mujer lo abrazó. Y alejándose lo acostó en su cama.

-Solo fue un sueño Énas, la mente te juega pasadas cuando estás nervioso, y mañana empiezas clases.-le dió un beso en la frente.- por eso tu mente te hace creer lo peor. No te preocupes, nada de eso es real ¿De acuerdo?

El niño asintió, su madre le dio un beso en la cabeza, y después de arroparlo, se fue de la habitación.

-Entonces todo fue un sueño...-susurró el niño.

Sus hombros se relajaron y sonrió, no había peligro. Pero algo le vino a la cabeza y se sentó apresurado- ¿Six también fue un sueño?

Se llevó la mano al pecho al sentir un pinchazo en el, se sentía solo al pensar que su amiga era solo un producto de su imaginación.

Rápidamente éste sentimiento fue remplazado por el recuerdo de caer en el vacío. Caer en su pesadilla

Ella no era buena, después de todo lo que él hizo por ella, ella sólo lo dejó caer esperando su muerte.

El niño volvió a recostarse en su cama. Y antes de quedarse dormido, susurró con tristeza un último pensamiento.

-Pero era mi amiga...

~~•~~

Al mismo tiempo, una niña de pijama amarillo despertó también, pero en vez de soltar un pequeño grito, ella despertó en silencio

Su habitación era más oscura que la del niño, sin adornos, ni juguetes, solo su cama, y aunque el lugar parecía solitario, del otro lado de la puerta se oían gritos y golpes.

-Oh, desperté de nuevo- susurró ella poniéndose la capucha de su piyama, sintiendo que eso la protegería.-Fue divertido mientras duró...

Una pequeña sonrisa cruzó sus labios.-Ésta vez había un niño...me caía bien.

-¡SHEST!

El grito de su nombre le atravesó el alma, la niña sintió un escalofrío y se ocultó bajo las sábanas temblando, la habían oído.

Maldita niña. Ni siquiera intentes hacerte la dormida, ¡Ya sé que estás despierta!

Jalando las delgadas sábanas dejó a la niña descubierta. El olor de la mujer que gritaba le recordaba a las fauces, la niña sollozó.

-¿Que sucede?-Detrás de la mujer salió un hombre, quién, después de detenerse a mirar la escena, volteó hacia la niña y susurró con suavidad.-¿Por qué estás despierta?

-Tuve un sueño- su voz apenas se oía del miedo, ojalá pudiera correr, ojalá pudiera escapar.

Pero aquí no había a dónde correr. No había nadie para protegerla.

-¿Otro? Vaya mentira más asquerosa, ¿De verdad eres tan idiota para creer que me voy a creer eso?-la mujer tenía un cigarro en la mano, el cabello negro y largo, su rostro, serio como una máscara, era blanco como el papel.

-Mujer, déjala.

-Si mañana te quedas dormida en la escuela, escúchame bien- la mujer, con una mano como garra, agarró a la niña del brazo y la jaloneo- te molere a palos.

-Kyria- el hombre puso una mano en el hombro de la mujer, pero no la separó de Shest- hablamos de esto, nueva ciudad, nueva vida, ya no estamos bajo el ojo de la trabajadora social, pero si vuelve a pasar lo de la última vez...

-Bah- la mujer soltó a la niña y se acercó a la puerta.- sigues siendo patético.

Ambos se fueron azotando la puerta, dejando el cuarto lleno del olor de cigarros y alcohol. Un olor que solo decía terror.

Shest se estremeció y suspiró por estar sola de nuevo. Se recostó, deseando poder regresar a su sueño, a su mundo, a su hogar.

Antes de volver a sumirse en un sueño profundo, susurró

-¿Dónde estás Mono?








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Nota de la autora

Nombres y su significado:

Énas: uno en Griego.
Shest: seis en ruso.
Kyria: Dama en Griego.

¿Pequeñas pesadillas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora