6.- Psicología infantil

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Hay dos tipos de niños cuando se trata de adultos.

Los que hablan mucho y les gusta molestar.

Los que respetan y no molestan jamás.

Ambos tipos de niños son normales, depende de su educación, depende de lo que han aprendido.

Si te dicen que no interrumpas cuando hablan, aprenderás a no hacerlo.

Y cuando te dejan hacer lo que quieras, no te importará que esté pasando.

Sin embargo, si un niño se encoje si levantas la mano para rascarte la cabeza, o te pide perdón aterrado por qué le dijiste que se equivocó. Eso ya no es normal.

Desde siempre, Belle ha adorado a los niños, cuando era pequeña solía ser niñera, siempre supo cómo ayudar a los padres primerizos con sus recién nacidos.

Tratando de elegir una carrera, Belle supo que debía de elegir algo donde cuidara el corazón de los niños.

Se había prometido a si misma que ella protegería la felicidad de los niños, recordando como nadie lo hizo por ella.

Por eso se metió a estudiar psicología, siendo la mejor en su campo, y por eso siempre es la mejor elección cuando se trata de psicología infantil.

Ha visto de todo cuando se trata de problemas en niños.

Niños que por algún problema le temen al agua.

Niños que perdieron la inocencia por culpa de monstruos

Niños que se ahogan en lo que es el mundo actual.

Por esa razón se extrañó por el comportamiento de Shest.

Es normal ver a una niña callada y tímida, que no disfrute de hablar con adultos.

Pero una niña no te mira con miedo y sus ojos que suplican misericordia si no hay algo más detrás.

Y usualmente, ese detrás puede conmover hasta el corazón más cruel.

Así que decidió revisar la historia de Shest, solo para asegurarse que todo estuviera bien.

Conocía a la directora, y ésta le había dado acceso a la plataforma escolar, confiando en que lo usaría bien. Así que después de un e-mail a la directora, pudo entrar a los archivos personales de los alumnos.

Sus dedos temblaban al teclear el nombre de la pequeña "Shest Taljic".

Investigar sobre el abuso de un menor era un procedimiento delicado, al cometer un pequeño error y la niña podría salir herida.

Belle repasó en su cabeza los pasos a seguir.

¿La niña se comporta extraño? ¿Protege su cuerpo? ¿Se encoge? ¿O se excusa?

Se hace pequeña, no quiere que la vean. Pide perdón y se aterra cerca de los adultos.

Historia familiar, ¿De que viven sus padres? ¿Ha habido antecedentes en su familia?

Su madre no trabaja, ha tenido antecedentes con la policía por culpa del alcohol. Su hermano murió misteriosamente.

Suspiró mientras se pasaba la mano por el rostro.

¿Dónde están las botellas?

Te mataré si no me las das

Vamos pequeña, no quieres hacer enojar a papá, ¿Verdad?

No quieres que te vuelva a castigar, ¿O si?

Belle tragó saliva y sacudió la cabeza tratando de alejar los recuerdos.

-Concéntrate. Shest, nuestra prioridad es Shest.

Regla #1 cuando se trata de abuso infantil:

No ir directamente a hablar con los padres. Si realmente maltratan a su hija, pueden lastimarla por qué se descubrieron sus actos, o encerrarla y evitar que la saquen de ahí.

-Supongo que ahora debo de organizarme con ellos para saber que tipo de personas son.- Belle se recargó en el asiento, si realmente estaba en peligro, iba a ser difícil sacarla de ahí

Necesitaba confirmación verbal de la niña de el maltrato.

Pero en la mayoría de los casos los niños temen las consecuencias de hablar.

¿Me quedaré solo?
¿Y que me harán mis padres?
¿A dónde iré?
Si hablo me matarán.
Sin ellos no soy nadie.
Los necesito.

Por qué el peligro del abuso es más seguro que el miedo de no saber que va a pasar después.

-Necesito que entienda que no va a estar sola.-Susurró mientras cerraba los ojos, llenando su cabeza de recuerdos que desearía poder borrar.-Necesito que entienda que dolerá ésta soledad, pero será mejor que ahogarse en la oscuridad.

Siguiente paso, una vez confirmada la violencia. Ir por la trabajadora social.

Pero, antes de llamar al trabajo social, deben de sacar a la niña del hogar, para que no sea usada de rehen, amenazada para que diga otra cosa, o lastimada en venganza por lo que va a pasar.

-Simple.-Belle ladeó la cabeza mientras escribía todo lo que iba pensando.-Cuando vaya a llamar a Servicio Social la traigo a mi casa bajo la excusa de que se va a quedar a dormir. Énas no se va a negar.

-¡Mamá!

Hablando del Rey de Roma. La mujer se volteó para ver a su pequeño dando saltos hacia ella, mientras que Shest caminaba detrás de él.

-¿Que pasa cariño?

-¡Invite a Shest otra vez!-Dijo el pequeño mientras abrazaba con fuerza a la niña, que sonrió ligeramente al sentir el abrazo.

-¿Otra vez? ¡Que alegría!

-Me gusta mucho su casa señora.- susurró la niña entre sonrojo y temblando.-E-espero no ser una molestia por venir aquí tantas veces.

Belle sonrió, jurándose que iba a darle a ésta niña una casa, iba a darle un lugar seguro.

-Shest, siempre que lo necesites, puedes venir.-la tomó de la barbilla para que la mirara a los ojos- no necesitas excusas para venir, siempre siempre, estarás invitada, y siempre te recibiremos. Aquí tienes una casa, ¿De acuerdo?

Vio como la niña abría los ojos con esperanza, soltaba el aire que tenía y se relajaba.

-¡Vamos a jugar! ¡Adiós!

-Adiós-Se despidió Belle con la mano, sintiendo un nudo en la garganta, la mirada de la niña se había quedado grabada en su cabeza.

Se mordió el labio recordando estar en esa misma posición, temiendo morir, sintiendo que no había salida. Recordó las dulces palabras de una dulce mujer, que parecían ser una invitación al paraíso.

-No te preocupes mi bella niña, ni él, ni ella te tocaran mientras estés aquí. Jamás volverán a hacerte daño.

Las pesadillas jamás desaparecieron. Pero es más fácil mantenerse vivo si hay una luz de esperanza a la que aferrarse.

-No estás sola, y no volverás a estarlo.-Como un ángel la mujer sonrió.-Mi bella Belle, estás a salvo.

Belle no iba a dejar que alguien lastimara a Shest, por más difícil que fuera.

No dejaría que ésa niña se quedara sola.

¿Pequeñas pesadillas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora