14.- El Juicio

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Belle había estado haciendo llamadas todo el día. Parecía un poco nerviosa, se mordía la uña del pulgar y escribía en una gran libreta en la cocina.

Shest y Énas intentaron oir su conversación pero no entendían lo que decía.

-Honey, ¿Podrías hacerme un favor?-pausa- si, eh, te mando su información por mensaje, pero necesito una defensa fuerte-pausa- Si, sabes bien que cuando te llamo es por qué está confirmado. Si, llamaré a Valentina Ortiz después-pausa- si, si ¿Crees que puedas venir para conocerla pronto?-pausa- gracias, te debo una, dos, millones si ganamos ésta.

Luego colgó. Suspiró cansada. Y volvió a marcar el teléfono.

-¿Valen? Si, tengo un caso y necesito tu permiso para pedir un estrado y una cita de juicio.-pausa- ajá.

-¿Tú entiendes de que habla?- susurró Énas

-Ey, es tu mamá, ¿Tu sabes de qué habla?

Horas después llegó una mujer, un poco mayor que Belle, con la piel oscura como el ebano, y unos ojos brillantes.

Shest se encogió un poco al verla, aunque lo brillante que eran sus ojos y sonrisa y como contrataban con su piel la maravillaban. Así que se escondía, pero aún así estiraba el cuello para verla.

-¡Honey! Que bueno verte.- Belle abrazó a la mujer cariñosamente y después de una corta plática entre susurros, la mujer se acercó a Shest.

-Hola pequeña. Me llamo Honey, ¿Tú eres...?

-S-Shest...

-Shest, un hermoso nombre, ¿Cómo estás?

Shest no entendía que pasaba ¿Quién era ella? ¿Que quería?

-B-Bien, s-supongo

-¿Si? Que bueno, déjame contarte que Belle me contó lo que pasa en tu casa.

-Y-yo... P-perdón.-el miedo invadió a Shest, sentía que se ahogaba, ¿Se la llevarían de regreso?- P-por favor, no quiero regresar a-ahí

-Tranquila cariño, no vas a regresar, yo me encargaré de que estés segura y que nadie jamás te haga daño, ¿De acuerdo?

Shest la miró confundida ¿Que quería decir?

-Shest, quiero hacerte una pregunta, y quiero que me contestes con la verdad. ¿De acuerdo?

Ella asintió lentamente.

-¿Te gustaría, que no volvieras jamás a tu casa y te quedarás con alguien como Belle o yo?

Shest no contestó, tenía miedo de que fuera una broma, de que se riera y la jalara de regreso con su madre. ¿Era un sueño o una ilusión?

-Shest- la voz de Belle llamó su atención.- tranquila, toma tu tiempo, y contesta lo que sientas correcto.

No era una broma. Los ojos de Shest se llenaron de lágrimas.

-Q-quisiera no tener que volver jamás a mi casa.

Honey asintió.-Entonces, hagamos que no tengas que volver jamás, ¿De acuerdo?

~~•~~

Un hombre de cabellos blancos le sonreía a Shest.

-Hola pequeñita, mi nombre es Chase, ¿Y el tuyo?

Shest estrechó su gran gran mano, era cálida y arrugada.-Yo me llamo Shest.

-¡Vaya! Un placer conocerte Shest

Honey se arrodilló junto a ella.- Éste señor va a ser el juez que decida si te vas o no con tus papás.

-¿Tu que eras otra vez?-susurro Shest avergonzada.- es que se me olvida.

¿Pequeñas pesadillas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora