Entré a mi departamento con Jungkook pisándome los talones. Desde mi cita con Jennie no había parado de preguntarme miles de cosas, cosas que yo había estado ignorando. Lancé la mochila a mi cama y me volteé suspirando irritada.
—Jungkook, juro por dios que como no te calles te pateo los dientes— Dije impaciente.
—Wow, okey, tranquila— Dijo levantando las manos—Pero en serio quiero saber como te fue, si te fue bien o te fue mal.
Rodeé los ojos—Me fue bien, ya cállate.
—Está bien— Sonrió y se sentó en la cama.
Hice lo mismo y me acosté.
—¿Hablaste con la señorita Choi?
—¿Miyeon?
Hizo un sonido de afirmación.
—No, la estuve evitando, no puedo enfrentarla.
—Vas a tener que hacerlo en algún momento— Dijo.
—Ya se, pero— Suspiré—, es muy incómodo.
—Ya me imagino— Rió—Sigo sin poder creer que besaste a la señorita Choi.
—Yo también, se sintió bien dentro de todo.
—¿Estarías con ella si no fuera tu profesora?— Preguntó.
—¿Es una broma? ¡Claro que si! Esa mujer es una diosa.
—¿Entre Jennie y Miyeon, a quién prefieres?
Lo miré—Jennie, supongo.
—¿Supones?— Cuestionó.
—Bueno, no, si la prefiero a ella.
—¿Qué pasó en esa cita?
No pude evitar sonreír.
—¿Chaeyoung, que pasó?— Volvió a preguntar divertido.
—La besé.
—¿¡La besaste?!
—Cierra la boca imbécil.
Se cubrió la boca rápidamente—¿La besaste?— Susurró.
Asentí.
—Eres toda una chica mala Chaeng.
Reí—Toda una chica mala.
—Nunca te vi enamorada.
—No estoy enamorada— Aclaré—Esto es solo algo pasajero, nada irá más allá.
—¿Por qué no? Parece ser buena chica.
Solté una risa sarcástica—No, no tengo una buena experiencia en el amor.
—¿En serio? ¿Qué pasó?
Negué—Es una tontería.
—No es una tontería si te lastimó.
Suspiré—Pasó cuándo aún estaba en Australia. Ella era mayor que yo y yo tenía 15. Nos acostamos y se lo dijo a todo el mundo. Dolió porque estaba enamorada de ella e inocentemente creí que ella también pero no— Finalicé mi relato fríamente—De todas formas no quiero nada serio ahora.
Jungkook no pronunció una palabra y se quedó callado.
—¿Estás bien?— Pregunté.
Sin decir nada me abrazó. Le correspondí un poco extrañada por la repentina muestra de afecto. Nos separamos y lo miré confundida.
Él rió débilmente—Me pasó algo similar, pero con un chico, con la diferencia que lo nuestro fue sin mi consentimiento.
Ahora era yo quién se quedó helada.
—Mierda, Kook, lo siento— Susurré.
Negó—No lo sientas, pasó hace mucho, ya lo superé casi por completo. Pero no es a lo que quiero llegar, quiero que sepas que te entiendo y que estaré ahí para ti si me necesitas, pero no lastimes a Jennie.
Asentí—Está bien— Susurré.
—¿Sabes algo de Lisa?
Lisa no había ido ese día a clases y no había mandado ningún mensaje. Negué y él suspiró.
—¿Le habrá pasado algo?— Volvió a preguntar.
—No se, ¿le mandaste algún mensaje?
Él negó. Tomé mi celular y marqué el número de Lisa. Uno, dos, tres pitidos y no contestaba. Volví a intentar y fue el mismo resultado.
—¿No contesta?— Preguntó.
Negué. Intenté dos veces más pero igual. Dejé el celular encima del escritorio y me acosté al lado de Jungkook. Sentí su mano acariciar suavemente mi pelo y cerré los ojos.
—¿Estás bien?
Me encogí de hombros—Si, creo.
—¿Y cómo es eso?
Me senté y recosté mi espalda en la pared—Hablé con mis padres.
Él también se sentó.
—Y sorprendentemente salió bien— Sonreí.
—¿Entonces?
Suspiré—Siento que hay algo detrás de todo esto, no creo que hayan cambiado de decisión de la nada.
—Tal vez tu hermana habló con ellos.
—¿Por qué mi hermana querría que yo volviera? Ella siempre me quiso fuera.
—Nunca se sabe.
Hice un sonido de disgusto y negué—No hay manera.
El tono de llamada nos sacó de nuestra burbuja. Era mi celular. Me levanté y lo agarré.
—¿Hola?
—Chaeng, estoy en la carcel.
