Jungkook pasaba su brazo por mi hombro mientras lo escuchaba hablar sobre una fiesta. Les había contado todo. Ellos dijeron que la dejara explicarme, bueno, ese fue Jungkook, Lisa dijo que la mandara a la mierda y no volviera a verla. Sabía que mi débil corazón no soportaría estar tanto tiempo sin ella. Mi mirada se mantenía clavada en el suelo mientras los dos chicos a mi lado hablaban sobre esa fiesta.
—¿Vendrás Chaeng?— Preguntó Jungkook.
Asentí sin mucho entusiasmo. No tenía casi nada de ganas de ir, pero iba a haber alcohol, y definitivamente necesitaba eso en mi sistema. Salimos de la universidad y nos fuimos a un parque que quedaba cerca de la misma. Comenzaron a jugar con los juegos que había ahí. Reí al ver a Jungkook caer de manera dramática en la tierra, ensuciando su remera. Recordé cuando Jennie y yo fuimos a un parque. Sonreí triste. Recordaba su emoción por subirse a todo juego que se cruzara en frente de ella.
—¡Rosé, ven!— Gritó Jennie.
—¡Ahí voy!— Dije guardando mi celular luego de haberle tomado una foto.
—¡Subamos a ese!— Dijo señalando una montaña rusa.
—Lo que mi amor diga— Dije abrazándola por los hombros.
—Hey, Rosé— Dijo Lisa tocando mi hombro.
—¿Mmm?— Levanté la cabeza.
—Vámonos— Señaló— ¿En qué pensabas?
Negué con la cabeza y me levanté. Todo me recordaba a ella, era realmente una tortura. Las voces de mis amigos entraban por mis oídos y ahí quedaban. Entraron a una librería, no pude evitar ojear algunos libros, esto le encantaría a Jennie. Sacudí la cabeza intentando alejar esos pensamientos. Ya había pasado un mes y medio desde mi pelea con Jennie y seguía llorando todas las noches por ella. No volví a verla, pero volvió a llamarme varias veces. Tenía que dejar mi celular apagado para vencer el deseo de contestar.
La mano de Lisa tomó la mía y me arrastró afuera de la tienda. Nuestras miradas se encontraron y pude ver que estaba enojada.
—¿Me puedes decir que mierda te pasa?— Soltó.
—Nada— Mentí.
—Rosé has estado distraída todo el último mes, ¿es por Jennie?
Escuchar su nombre en voz alta hizo que mi estomago se revolviera. Apreté los labios y bajé la mirada.
—Rosé joder— Dijo molesta— Habla con ella si lo necesitas.
—No lo necesito— Dije.
—¿Por que eres tan cabeza dura?— Cuestionó— Si lo necesitas, la necesitas a ella.
Me mordí la lengua para no decir nada más y la conversación se terminó cuando Jungkook salió. Caminamos de vuelta a casa. Había comerciales y posters de Jennie en cada lugar por el que pasábamos.
¿Cómo carajo no me di cuenta? Está literalmente por todos lados.
Fijé mi mirada en el suelo para no ver su rostro. Pasé mi brazo por el de Jungkook para seguir su ritmo. Apoyé la cabeza en su hombro. Caminamos un rato más hasta que llegamos al departamento de Jungkook. Saludamos a Namjoon, su "compañero de piso". Nos dirigimos a su habitación para comenzar a prepararnos para la fiesta.
—Cuanto olor a testosterona— Dijo Lisa haciéndome reír.
Él la miró mal y ella rió. Le dije a Jungkook que me prestara una de sus camisas. Rebusqué en su armario hasta que encontré la indicada. Una camisa blanca con detalles negros por todas partes. Quería verme atractiva, quería terminar con alguien al final de la noche. Terminé de vestirme y me lancé en la cama, aún faltaba un rato. Lisa se sentó a mi lado y comenzó a acariciarme el pelo. Cerré los ojos relajada. Suspiré. Mi cuerpo se fue relajando hasta quedarme casi dormida. Jennie solía hacer eso cuando me estresaba por los exámenes y trabajos de la universidad. La extrañaba tanto que me estaba matando.
—¿Rosé por qué llorar?
Mierda, ¿en qué momento empecé a llorar?
—Lo siento— Dije incorporándome.
Me limpié las lágrimas pero no podía parar el llanto. Sentí a Lisa abrazarme y vi a Jungkook sentarse en la cama en frente nuestro. Abracé a la chica a mi lado y dejé que las lágrimas fluyeran con libertad. Ellos no decían nada, parecía que no querían meter la pata y hacerme llorar más. Me separé de Lisa y limpié mi rostro.
—¿Cuándo nos vamos?— Pregunté.
—En un rato, iremos a la casa de Taehyung— Dijo Jungkook— No tenemos que ir si no quieres.
Negué— Quiero ir, me hará bien— Dije intentando sonreír.
Sonrió desconfiado y acarició mi cabeza. Puso un poco de música en la televisión para distraernos. Comencé a inspeccionar su habitación, nunca le había prestado atención. Tenía algunos libros que dudo mucho que haya leído, seguro ni siquiera eran de él. Lisa se volvió a acercar a mi y me rogó para que me dejara maquillar. Después de tanta insistencia, accedí. Terminamos de prepararnos y salimos del departamento. Nos subimos al auto de Namjoon y él condujo hasta casa de Taehyung.
Comencé a ponerme un poco nerviosa. Desde que comencé a salir con Jennie casi ni salía a fiestas. Prefería quedarme con ella mirando películas o simplemente dormir con ella. Pasamos por una tienda donde había una publicidad de ella. Sonreía y sostenía un labial. Realmente estaba en todos lados.
Superarla iba a ser una tarea complicada.