Salí del ascensor con dirección a la puerta. Saludé cortésmente al portero quien respondió igual. Suspiré sintiendo el sol calentar mi piel. Al final me había decidido. Hablaría con la señorita Choi y aclararía las cosas. Doblé encontrándome con Jungkook en la entrada. Estaba de espaldas muy concentrado en sus celular. Toqué su hombro y se sobresaltó, lo que hizo que riera.
—Dios casi me muero— Dijo llevándose una mano al pecho.
Reí más fuerte—Exagerado.
Me miró mal. Miré a mi costado y vi a la señorita Choi entrando. Su mirada se encontró con la mía pero la apartó rápidamente.
—¿Vas a hablar con ella?— Preguntó Jungkook al ver a quién estaba mirando.
Asentí. Escuchamos el timbre y entramos. Caminamos por los pasillos mientras el silencio reinaba. Entramos al salón y nos sentamos. La puerta se abrió y Jungkook me miró con las cejas levantadas. Rodeé los ojos.
—Buen día— Dijo la señorita Choi apagada.
Solo unos cuantos murmuraron una respuesta. Sentí que me miraba pero evadí su mirada. Entregó los exámenes uno por uno. Me tensé levemente cuándo pasó por mi lado y extendió la hoja. Su mano rozó mi brazo pero no hice caso. Leí las preguntas y comencé a responderlas. Apreté la lapicera, no me salía nada. Suspiré inaudible. Le lancé una mirada a Lisa quien estaba del otro lado del salón. Se encogió de hombros y volví la vista a la hoja. La di vuelta y contesté las preguntas que sabía. Escuché el chirrido de una silla. Vi a un chico levantarse y entregar su hoja para luego irse. Hice lo mismo. Me levanté y entregué la hoja casi sin mirarla. Salí rápidamente del salón y fui a la cafetería. Compré un café y me senté. Abrí mis redes sociales para matar un poco el tiempo. Este fue mi último examen por lo tanto ya me podía haber ido, pero necesitaba hablar con la señorita Choi. El timbre hizo que me sobresaltara. Le di el último trago a mi café y tiré el vaso en el tacho de basura. Me levanté y me encontré con Lisa y Jungkook.
—¿La señorita Choi?
—Sigue en el salón, apúrate, te esperaremos en la salida.
Aceleré el paso y llegué al salón. Aún había algunos chicos saliendo del mismo por lo que me quedé en la puerta. Salieron todos y ella salió atrás. Se frenó al verme.
—¿Podemos hablar?— Pregunté.
Miró a los costados y asintió. Entramos al salón. Volvió a apoyar su bolso en el escritorio y me miró expectante. Tomé aire.
—Lo que pasó estuvo mal— Dije de repente—No debería haber pasado. Esto puede afectar a las dos— Aclaré y ella asintió.
—Señorita Choi, la reunión está por comenzar— Advirtió el profesor de Inglés.
—Ya voy. Nos vemos señorita Park.
—Nos vemos— Dije y ella se fue.
Me quedé en el salón unos minutos hasta que finalmente salí. Caminé lentamente a la salida donde Lisa y Jungkook me esperaban.
—¿Y?—Palmeó mi hombro.
—No sé, supongo que bien, no dijo nada, solo asintió— Expliqué.
Caminamos con dirección a mi departamento. Estaba un poco perdida. Las palabras de Jennie resonaron de nuevo en mi cabeza y no pude evitar sentirme triste sobre eso. Parecía estúpido que me doliera una "relación" la cual nunca había empezado, pero me sentía así. Escuchaba las voces de mis amigos conversar a mi lado pero no estaba prestando atención a lo que decían. Casi sin darme cuenta estábamos en frente de la puerta del edificio. Busqué las llaves en mi mochila y abrí. Nos dirigimos al ascensor y apreté el botón con el número 5. Las puertas se abrieron. Entramos a mi departamento y nos fuimos a mi habitación. Me tiré en la cama boca abajo sin sacarme la mochila de la espalda.
—¿Estás bien Chaeng?— Preguntó Lisa.
—Mmjm— Contesté.
—Cámbiate, vamos— Dijo ahora Jungkook.
—No quiero ir— Murmuré.
—Vamos Chaeng, ¡llegaremos tarde!— Chilló el pelinegro.
Solté un quejido y me levanté. Me cambié sin ganas y volvimos a bajar al lobby. Caminamos hasta el restaurante y mi humor empeoró al ver la cantidad de gente que había. Me puse el delantal que tenía mi nombre y salí a la caja. Fingí una sonrisa para los clientes y todo comenzó a acelerarse. Cuando empezó a oscurecer y se hizo tarde la gente se comenzaba a ir. Cerramos todo y apagamos las luces. Salí última de todos y me llevé una sorpresa al ver quién estaba ahí.
—Tenemos que hablar.
