25. París.

458 69 2
                                    

Entré al aeropuerto viendo a la multitud acoplarse a mis costados. Los guardaespaldas chocaban contra mí intentando protegerme. Los flashes me cegaban como siempre. Saludé a las cámaras y me acomodé la gorra, intentando esconderme. Finalmente dejé atrás al tumulto de gente y me dirigí para hacer todos los trámites. Le entregué mi pasaporte y mi identificación a la chica en frente mío. Me lo devolvió, le agradecí y me encaminé hacia el avión. Me sentía ansiosa, quería llegar al hotel y dormir.

En un abrir y cerrar de ojos ya estaba sentada en el avión. Tiffany se sentó a mi lado y el resto del staff repartidos. Bostecé y me apoyé en el hombro de Tiffany. Cerré los ojos, ella ya había notado un cambio en mí, a pesar de que no me lo había dicho, sabía que se había dado cuenta. Su mano tomó la mía, siempre hacía eso cada vez que nos subíamos a un avión. Era una forma de calmarme y mantenerme tranquila.

El avión comenzó a moverse y mi cabeza dio vuelta cuando se despegó del piso. Pasaron unos minutos hasta que el malestar se fue casi en su totalidad. Abrí la ventanilla que estaba a mi lado. La vista era una de las pocas que me gustaban de volar. Tomé mi celular y entré a la galería. Tenía varios videos y fotos de Rosé. Sonreí tristemente pero mis labios se curvearon hacia abajo en señal de querer llorar. Cerré los ojos fuertemente. Apreté la mano de Tiffany y ella se volteó para verme.

—¿Qué pasa?— Preguntó.

Negué intentando restarle importancia al asunto. Levantó mi rostro tomándome de la barbilla. La vista se me nubló y me posé en la curvatura de su cuello. Sollocé silenciosamente. Levantó el apoyabrazos y me abrazó. Me asomé un poco para ver si nadie posaba su mirada en mí. Me volví a apoyar en el hombro de Tiffany. Me acomodé y cerré los ojos para intentar dormir. Limpié las lágrimas que seguían cayendo por mis mejillas. Joder, odiaba esto.

Las horas se pasaron rápido al quedarme dormida. Me desperté sintiéndome mareada y con náuseas. Hice un gesto de asco, disgustada por la sensación que tenía en mi interior. Nos levantamos de los asientos, saliendo primeros del avión. Me aferré a la remera de Tiffany, sabiendo lo que me iba a encontrar una vez que entrara al aeropuerto. Entramos y levanté la mirada. Vi en los pisos de arriba a gente con cámaras apuntando justo hacia donde estaba yo. Entrecerré los ojos fingiendo sonreír. No tenía las fuerzas suficientes como para sonreír realmente.

Luego de un largo rato finalmente nos fuimos al hotel. Cuando me bajé de la camioneta saludé a quienes se encontraban ahí por mí. Agarré las cartas y regalos y me metí en el edificio. Suspiré aliviada al dejar a la multitud atrás y saber que tendría por lo menos un rato a solas. Una vez ya en mi habitación me di una ducha y me acosté en la cama. Tomé mi celular.  Contesté los mensajes de Jisoo y mi mamá. Publiqué un cover que había grabado hace unos días. Bloquee el celular y lo dejé en la mesita de noche. Me di vuelta y cerré los ojos.

Quería llamar la atención de Rosé. Quería que me viera. Quería que volviera conmigo.

Los golpes en la puerta me despertaron. Abrí los ojos intentando acostumbrarme a la luz natural. Me levanté y abrí la puerta. Tiffany estaba del otro lado, mirándome expectante. Me hice a un lado para que entrara.

—¿Dormías?

Asentí.

—Lo siento, no quería despertarte— Se disculpó— ¿Te sientes bien?

Volví a asentir.

—No estoy mareada.

—No me refiero a eso— Me miró.

Mi interior se revolvió, claro que no se refería a eso. Desvíe la mirada y caminé hacia la cama. No había hablado con nadie más que Jisoo sobre este tema. Tampoco había vuelto a hablar con ella sobre esto. Me estaba consumiendo. Por más que intentara, no dejaba de pensar en ella. Lloraba cada vez que me acordaba de nuestra relación inconclusa y perdida. Sabía que esto no podía terminar así, no debe terminar así. Sentí el costado de la cama hundirse. La mano de Tiffany apretó mi cintura y me senté. Me miró con pena y apoyé mi frente en su hombro.

—La extraño— Lloré.

Acarició mi espalda suavemente. No decía nada, pero sabía que estaba enojada conmigo y con Rosé. Lloré durante un largo rato hasta que me volví a quedar dormida.

Solo esperaba que Paris no me recordara a ella.

SUPERSTAR||CHAENNIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora