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Yeji se dejó caer a un lado de Olivia en la hamaca. Sus cabellos quedaban mezclados entre sus hombros de ambas chicas, entre calando algunos mechones rubios y otros negros. Olivia no abrió los ojos, estaba disfrutando del calor del sol.
Londres es todo un sueño, sin embargo, el clima jamás tendría el cálido sol de México y tenía que aprovecharlo. Olvidar que estaba molesta con su hermano por el asunto de la canción y olvidar que estaba molesta consigo misma por lo que le había hecho a Tom.
—¿Qué pasó con Tim?—preguntó, imaginando que la principal razón por la que estaba ahí, había sido un asunto con su amigo.
—No quiero hablar de ello. ¿Qué paso exactamente con Tom?
—No quiero hablar de ello—contestó de la misma manera que ella y ambas rieron.
—Todo mundo vio el comentario en tu foto. Quiere hablar contigo.
—Lo sé, contesté. Le dije que hablaría con él cuando estuviera desocupada.
—Y lo estás.
—No, estoy hablando contigo—sonrió abriendo solo un ojo y mirándola de reojo, Yeji la miraba con una ceja levantada.
—Antes no lo estabas.
—Estaba ocupada tomando el sol—suspiró sentándose en la hamaca, Yeji hizo lo mismo, pero esta vez en lugar de quedarse a su lado, fue frente a ella para equilibrar el peso.
—¿Cómo pasó?
—Estoy segura que ya sabes qué pasó. Debí haber dicho algo o Zendaya les dijo algo.
—Tú no dijiste nada, te excusaste detrás de la visita de tu padre y luego no tomabas el teléfono. La versión de Zendaya no es más que la versión de Tom.
—¿Y qué versión es esa? ¿En la que soy un monstruo? Porque seguiría siendo mi versión. No necesitas escucharla de mi boca.
—Tom cree que es su culpa—Olivia negó con la cabeza baja, mirando sus manos.
—Eso es absurdo.
—Lo que Tom le dijo a Zendaya es que siente culpa. Piensa que lo hiciste para que te dejara en paz después de todo aquel tiempo queriendo llamar tu atención. Así que dime... ¿qué pasó?
—La noche antes de la... explosión de todo, él me dijo que me amaba. Dormí poco ese día, le di vueltas a la situación porque me di cuenta que ya sentía algo por él.
—¿Fue la primera vez que te sentías así?
—No—admitió—. Llevaba tiempo sintiendo cosas por él. No les dije nada por la apuesta, pero ya había algo.
—¿Por qué continuar con la apuesta si ya lo querías? ¿No era mejor pasar un rato con Lana y tener a Tom como tú novio? De verdad.
