Hermanos, amantes, lobos ¿Qué más? Una relación... poco usual.
⚠️ADVERTENCIA: Esta historia contiene material explícito, además, podría herir la sensibilidad de algunas personas. Y si no es de su agrado abstenerse a leerla. Se recomienda discreción...
Nota del autor: Lo más probable es que hayan olvidado las cosas que pasaron anteriormente en la novela, es por eso que les invito a que vuelvan a leerla desde donde se acuerden para que puedan estar al tanto de lo que sucede sin que se pierdan. Saludos~
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Lo más hermoso que pudo haberme pasado es ser madre, tener a mi bebé. Sin embargo, nadie se preparó para tener este papel, no existe escuela de padres, no existe ningún seminario para enseñar a ser padres, nada. Eso sí, cada uno va enseñando valores a sus hijos, y ellos con él tiempo lo pondrán en práctica. Por eso estoy tan orgullosa de tener a un hijo el cuál haya aprendido muchas cosas de lo que le enseñé. A respetar, a ser alguien de mente abierta para que no termine juzgando ni criticando a los demás ya sea por su apariencia física, forma de pensar o la forma de ser.
—Connor cariño, ven.—se encontraba jugando en el pequeño parque que se hizo en el patio de nuestra nueva casa, es un niño maravilloso. Ya tiene 4 años, y entiende perfectamente muchas cosas, se expresa muy bien y con un intelecto algo avanzado.
—Mami, ¿puedo tomar helado, si? por favor—me hace un puchero tan tierno que acabaría convenciéndome, pero no.
—Ahora no cielo, más tarde tal vez. Debo bañarte, estás todo sucio. Ven, tienes arena en el cuello—lo sacudo suavemente.
—Mmm pero mami...—le interrumpo.
—Dije que no, Connor. Y cuando digo que no, es "no".—resalto la voz en la última palabra—Te lo compro luego, okay?—le cargo entre mis brazos—Ahora, debo bañarte.
—Uhmm... ¿me lo prometes?—recuesta su cabeza sobre mi hombro.
—Te lo prometo.
Desde que Abel murió, mi vida cambió drásticamente y no puede llevar una vida un poco "normal", es más difícil ser madre estando sola, sin que el padre esté para ayudarme, todo es difícil sin Abel. Connor siempre preguntaba por su papá y yo no sabía que responderle, siempre terminaba ignorándolo y eso me dolía porque si soy directa termino diciéndole: "Tu padre ya no existe" "murió en un atentado de vampiros." ¡NO! No podía, es solo un niño, y él no podría asimilarlo, le tiene miedo a los vampiros además. Incluso creo que me saldría con la pregunta de "¿Qué es morirse?"
Mi visión se ponía borrosa.
Oh, son lágrimas.
—¿Mami por qué lloras?—demandó curioso.
—No, nada cielo. Me entró jabón en el ojo—me sequé las lágrimas con el hombro mientras Connor seguía jugando con su patito de hule.
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Es increíble que sea capaz de seguir mintiéndole a Connor a estas alturas. Me duele hacer todo esto, tener que fingir que todo está bien cuando en realidad no lo está. Estoy en una guerra interior conmigo misma donde trato de sobrellevar todos los problemas que se presentan en mi vida desde que Abel se fue. Tuve que asistir a terapias para poder superar su muerte pero no resultó. Mis padres me suelen ayudar con Connor, aún así siento que falta alguien.
