Capítulo 3: Propuesta y revelaciones

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Narra Chloë

Nos adentramos a nuestra manada, siento como me sudan las manos del nerviosismo y mi corazón latiendo a mil, pero se me va pasando de a poco.

Algo que no había mencionado es que vivimos en una manada donde parece ser un pequeño pueblo. Prácticamente las casas están pegadas una al lado de otra con algunas antorchas puestas en cada puerta, los caminos principales son amplios con algunos árboles que los rodea pero también hay algunos que son un poco más estrechos, es como si estuvieran hechos principalmente para el tránsito de los niños.

También existen otras manadas, y la más cercana queda como a unos 10 kilómetros de aquí. Ésta se llama Blood Moon (Luna de Sangre). Y aunque pareciera que somos como una competencia por quién es la mejor manada,  pues es todo lo contrario, no existe diferencia alguna entre nosotros. Aunque no sé por qué, pero desde hace tiempo me empezó a dar como una mala vibra, un sentimiento algo extraño pero no le doy importancia. Nunca tuvimos problemas, así que por el momento todo bien entre nosotros.

Llegamos a casa con pasos cautelosos.

Lo bueno al llegar, es que mis padres no se encontraban, aparentemente ellos habían salido al bosque, me parece extraño puesto a que los padres deberían recibir a sus hijos en casa luego de su primera transformación. Pero bueno, por ahora no importa si ellos están o no, solo quisiera descansar un poco.

Me adentré a mi habitación y apenas llegué a la orilla de mi cama caí rendida, con un suspiro cerré mis párpados para poder descansar un poco, me duele todo el cuerpo y me siento bastante cansada, tanto que ni pilas para ir a darme una ducha tengo. No es el fin del mundo tampoco, puedo hacerlo después.

Pasaron aproximadamente como media hora, desperté aún cansada y con un poco de dolor. Me levanto de la cama y al instante siento un mareo terrible. Okay, no debí levantarme tan rápido.

Me recupero y me saco toda la ropa, adentrándome al baño. Espero que un baño calentito me haga pasar estas pequeñas contracturas y dolores que tengo posterior a mi transformación.

Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me había dado cuenta que alguien entraba en la ducha. Sentí que me taparon los ojos, empecé a forcejear sin saber quién era.

Tomé la mano de la persona quien se encontraba detrás mío, la doblé e hice que no pudiera moverse. Madre mía, esta ducha si me sirvió, hasta recuperé energías.

 Escuché un grito de dolor, ese grito ensordecedor se me hacía conocido...

—¡¿Abel qué haces aquí?!

Narra Abel

Después de ver a Chloë con mi sweater puesto, le quedaba un poco holgado, lo cual le hacía verse más hermosa, me entraron ganas de abrazarla y besarla pero de costumbre lo hice sin que me diera permiso, ella me reprochó pero no le di mucha importancia la verdad.

Cuando llegamos a la manada, Chloë me dijo que se irá a su habitación para descansar y con cautela decidí pisarle los talones, es decir, comencé a seguirla hasta su cuarto.
Desde la puerta pude observar que se tiró a su cama, se nota muy cansada después de su primera transformación. Es allí donde se quedó dormida. Pretendía darle una sorpresa en la ducha pero mejor la dejo descansar.

Pasaron unos minutos y desde mi habitación pude escuchar la ducha de Chloë prenderse, aparentemente mi hermana ya había despertado y entró a darse una ducha. Aproveché el momento y me dirigí a su habitación.
Me desnudé entrando al baño y supuse que no se había dado cuenta. Quedé mirándola por un momento, analizando su cuerpo blanco y admirando su piel sedosa.
Me la acerqué y le tapé los ojos, ella se sorprendió, o mejor dicho, se habrá asustado y empezó a forcejear, por un momento me agarró de la mano, después me la dobló haciendo que no pudiera moverme porque tenía la certeza de que si lo hacía me lo quebraría. Simplemente me quejé del dolor.

—¡¿Abel qué haces aquí?!

—Lo siento, es que no me resistí...—me sobé la muñeca tratando de aliviar el dolor.

—¿Resistirte a qué? No seas patético y vengas a faltarme al respeto, ¿Acaso no sabes el significado de privacidad? ¿Ah? De todas formas—miró mi mano— Te merecías eso. Ahora salte del baño y déjame bañar tranquila. Eres un pervertido...—mencionó la última palabra con fastidio.

—Pero así nos amas—dijimos mi lobo Matt y yo a la vez, haciendo que nuestras voces se fusionen.

—¿Qué? Entiendo que tu y yo seamos mates ahora, pero eso no te da el derecho de meterte así de la nada como lo haría un... 

La interrumpí con un beso, se sorprendió tanto que quedó en shock, sentía como quería salirse del beso pero poco a poco iba cediendo. Se sentía tan bien, aferré mis manos a su cintura, Chloë iba subiendo de a poco sus brazos para rodear mi cuello. El beso se intensificaba y de seguro sus pulmones pedían oxígeno así que me separé lentamente de sus deliciosos labios dándole la oportunidad de respirar.

La ducha nos mojaba a ambos, y ambos jadeábamos formando una melodía excepcional. Yo la miraba con picardía, amor y lujuria.

—Chloë, te tengo una propuesta.—hice contacto visual con sus hermosos ojos—Déjame marcarte... Necesito hacerlo, por favor...ya...ya no me aguanto. Y completemos la unión del deseo, sé que es muy pronto y que apenas acabas de tener tu primera transformación pero... quiero hacerte mía Chloë, ¿sabes por qué? porque te amo. Y eso que no soy de amar tan rápido a alguien.

—Abel, yo... No sé si debamos...

—Tú tranquila Chloë, ¿aunque sabes algo? No te dejaré ir de mi lado porque eres mi mate ahora, tanto tiempo que estuve buscando y te encontré al fin. 

—Si es así... hagámoslo de una vez—mencionó en voz baja.

— No, no lo haré así, no te marcaré aquí. Ese momento debe ser especial y simbólico, y aunque estoy desesperado por hacerte mía, estoy dispuesto a esperar que llegue el momento oportuno, cuando tú y yo estemos listos al cien porciento.

—Gracias por ser alguien tan comprensivo, gracias por aparecer en mi vida...

—No es nada mi pequeña luna. Aunque... no es para tanto—repliqué.

Narra Chloë

Después de que Abel y yo saliéramos del baño, él fue a su habitación y yo me quedé en la mía. Estuve secándome todo el cuerpo y vistiéndome mientras "trataba" de cantar ópera de The Fifth Elemet.

Finalmente bajé por las escaleras dando un leve suspiro. Me fijo que mis padres ya habían llegado, estaban sentados en el sofá junto con Abel. Debo admitir que para vestirse es bastante rápido.

—Buenas noches padre, madre—hice una reverencia, ambos quedaron viéndome de una forma extraña.

Vaya, creo que es para hablarle a nuestros padres sobre la relación que Abel y yo tenemos.

—Chloë, estuve hablando con ellos ahora ya que estás aquí debemos decirles.—mencionó Abel decidido.

—¿Qué sucede Chloë?— dijo mi madre abstraída.

—¿Pasa algo?—añadió mi padre circunspecto acomodándose las gafas.

Estoy nerviosa y con miedo. Mis manos empiezan a sudar nuevamente.

El ambiente estaba muy tenso, Abel y yo nos miramos decididos para decirles a nuestros padres que mantenemos una relación filial muy compleja.

Mi hermano es mi Mate©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora